La jungla de las señales turísticas
Los paneles de información sobre monumentos y enclaves de interés del centro madrileño aparecen en muchas ocasiones tapados por pegatinas y pintadas
Oficina de Turismo, plaza Mayor, la más concurrida de Madrid. No hay colas, es temprano y, además, llueve. “Quería conocer la ciudad paseando”, se interesa un turista. No problema. Ante el visitante se despliega un gran plano, salpicado de monumentos y edificios dibujados, el Madrid imprescindible. “Pues mire estamos aquí …”, le empiezan a explicar. “No, disculpe yo lo que quería saber es si tenían algún itinerario marcado para hacer a pie”, interrumpe el visitante. “Bueno, eso poco, la verdad, solo hay dos que parten de la Puerta del Sol”, dicen mientras abren un folleto, más pequeño. “¿Y están señalizados de alguna manera, con postes, colores o algo así?”. “Oiga, es que esto no es una gincana”, y continúan con su explicación. De vuelta a la plaza Mayor, el turista, armado con mapa y folletos, se dirige a Sol dispuesto a emprender la ruta.
Lo cierto es que encuentra postes indicativos en diferentes encrucijadas de calles. Si se topa con alguno que no esté lleno de pegatinas y pintadas, podrá saber hacia dónde encaminar sus pasos: plaza de Oriente, Templo de Debod, Puerta del Sol, Senado. En otro caso, bastante frecuente, el cartel estará tan sucio que habrá perdido su función primitiva de informar. Y es el centro de Madrid, el lugar preferido por el 41% de los más de 10 millones de turistas que visitaron la región el año pasado.
Estos postes forman parte de una iniciativa municipal que se presentó en octubre de 2005, cuando Madrid amaneció un poco más “autoexplicativa”. El Ayuntamiento diseñó seis itinerarios turísticos a pie por los lugares más emblemáticos de la ciudad. Como lazarillo se instalaron 250 flechas, con textos en inglés y español, marcados con un color específico para cada ruta. Los itinerarios se podían consultar en 10 paneles verticales de tres metros de altura, que incluían un mapa con el recorrido, distancia y puntos de interés. También se instalaron en los principales 50 monumentos señales en español, inglés y japonés, con el nombre del lugar. El entonces consejero delegado de Economía del Consistorio madrileño, Miguel Ángel Villanueva, se jactó de que Madrid era la primera ciudad europea que incluía la lengua asiática en la señalización turística.
Puntos negros a mejorar
- Plaza de España.Existen paneles informativos deteriorados, incluso alguno con rutas que ya no se ofrecen ni en las oficinas de turismo del Ayuntamiento.
- Plaza de Oriente. Hay carteles indicativos en español, inglés y japonés completamente manchados e ilegibles.
- Puerta del Sol. Monumentos tan emblemáticos como el Oso y el Madroño carecen de leyenda explicativa.
- Casa de Campo. Escaso mantenimiento en paneles en los que aparecen mapas y puntos de interés del gran parque madrileño, que están manchados con pintadas desde hace meses.
Ocho años después estas rutas han pasado a mejor vida, incluso para los servicios de información municipales que no las conocen. Informan de dos diferentes, aunque por las calles se siguen manteniendo los paneles y flechas de los antiguos itinerarios. El turista se tropieza con uno de los paneles de tres metros al salir de la catedral de la Almudena, en la esquina de la calle Mayor con Bailén. Por supuesto, adornado con un grafiti que impide observar bien el fondo. A unos metros, se encuentran los restos de la muralla musulmana de Madrid, en la Cuesta de la Vega, donde sí se aparecen unos tablones explicativos, aunque a alguno le falta parte del texto. Solo en español. Otro problema en una región que el año pasado recibió a 4,5 millones de turistas extranjeros.
“Entre el Palacio Real, la Plaza Mayor, Sol y la Gran Vía no he encontrado ninguna señal en buen estado. Es desolador. Y esto en el centro de Madrid, en la Casa de Campo más de lo mismo”, describe Patricia García, concejal de UPyD. También le preocupa la señalización de los contenedores culturales de la ciudad, porque considera que Madrid es para el visitante y para sus ciudadanos. “No existe ninguna indicación para encontrar el centro cultural Conde Duque, ni desde la plaza de España, ni desde Princesa, ni desde San Bernardo, o si se sale en el metro de Legazpi aparece la salida a Madrid Río, pero no al centro de creación contemporánea Matadero”, concreta.
Una situación que le llevó a proponer al Ayuntamiento la implantación de forma inmediata de la señalización de todas las dotaciones culturales, cumplimiento estricto de los contratos de limpieza y una unificación de los elementos que componen la señalización municipal. ¿Hay vandalismo? “Por supuesto”, contesta, “pero aderezado con grandes dosis de desidia del equipo de gobierno que debería exigir que la señalización se mantuviera en perfectas condiciones”.
Algo de lo que también se queja la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Madrid. Susana Blázquez, de la organización, confirma que existe una falta importante de conservación. “Pero no solo en la señalización, que para nuestro gremio es secundaria porque tenemos nuestros propios circuitos, sino de los monumentos y de las calles”. Como ejemplo pone la plaza de España, lugar en el que evita parar los domingos para que los turistas no vean la suciedad que se ha acumulado el sábado por la noche debido al botellón que se celebra allí. “Esa imagen del Madrid limpio que el turista se llevaba antes se está perdiendo”, asegura.
En la plaza Mayor, Fernando busca el mejor encuadre para fotografiar a Daniela con la Casa de la Panadería de fondo. Son argentinos y están de tour por Europa. Van por libre y de momento ni han entrado en una oficina de turismo y, “sí, esperaban una ciudad más limpia”, por lo que habían oído. Antes de comenzar la visita han echado un vistazo por Internet y de ahí a la calle. “Faltan indicaciones, porque hemos visitado lugares que nos suenan, pero al no tener ni una placa identificativa, pues no estamos seguros de lo que es”, comenta Fernando. Algo que le puede ocurrir a un foráneo que se tope en la Puerta del Sol con la escultura del oso y el madroño, escenario obligado para un retrato, en la que no aparece ningún elemento que dé alguna pista sobre ante qué símbolo se encuentra uno, a pesar de ser uno de los más emblemáticos. La estatua ecuestre de Carlos III, en el centro de la plaza, tampoco luce ninguna aclaración.
Siguiendo el paseo por la calle del Arenal, el primer poste indicativo aparece en la entrada de la Iglesia de San Ginés, se supone que con el nombre del templo en español y en japonés. También ilegible por falta de limpieza. A continuación, y mientras se esquiva a los compradores de oro que se han multiplicado desde la llegada de la crisis, se alcanza la plaza de Oriente, donde uno se encuentra con otro poste, plagado de pegatinas, con el Palacio Real de fondo. Aquí los diferentes monumentos, como la estatua ecuestre de Felipe IV, sí cuentan con una leyenda explicativa, pero solo en castellano.
Ya en el monasterio de las Descalzas Reales, en la plaza de Las Descalzas, todo cambia. La información hasta se duplica o triplica. El nombre de la calle aparece en dos placas, una debajo de otra; el del monumento, en un poste sorprendentemente limpio; en otra placa, amarilla, se informa de que allí vivió y murió la emperatriz María Eugenia, junto a un cartel azul con los horarios, también en inglés.
La jefa del Departamento de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, María José Rodríguez Relaño, explica que la dirección general a la que pertenece es la encargada de mantener en buenas condiciones los monumentos que salpican la ciudad. “Nos encargamos de su limpieza y mantenimiento. Por ejemplo, el otro día, el Templo de Debod apareció con una pintada que quitamos inmediatamente”, explica. Un clásico es la reposición de la espada del monumento a Daoiz y Velarde, que desaparece de cuando en cuando. También son los encargados de las placas amarillas que informan al viandante, desde las fachadas de los edificios, siempre en castellano, de quién ha nacido, vivido o muerto allí. “Las otras señales no dependen de nosotros, eso es mobiliario urbano”, explica. Su recomendación es visitar esta página, donde sí está toda la información.
El estado de las señales se ha colado en la agenda del Ayuntamiento. La Oficina de Turismo Madrid Visitors & Convention Bureau está en ello. De momento, informan, trabajan internamente en un proyecto de mejora de las señalizaciones turísticas de la capital junto con otras áreas municipales. Técnicos de turismo y guías oficiales están estudiando la ubicación de los monumentos y enclaves de interés, y las confluencias de las calles, para localizar los mejores puntos de ubicación de las señales y si los actuales son los más adecuados. Internet se revela como la tabla de salvación del visitante madrileño. Desde el Ayuntamiento se recomienda primero consultar la web oficial de turismo, desde donde se puede descargar audioguías en varios idiomas, que ofrecen un completo itinerario de rutas, incluso acompañadas de fotografías. También están disponibles en formato mp4. Y, por qué no, para evitar problemas de señales nada mejor que una visita guiada o un viaje en un bus turístico.
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