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El número dos de Blasco le acusa de amparar el fraude en cooperación

Felip asegura que el exconsejero avaló en persona la legalidad de un proyecto en Nicaragua Los fondos sirvieron en realidad para comprar pisos en Valencia

Ignacio Zafra
El exconsejero Rafael Blasco y el ex director general de Inmigración Josep Maria Felip, en un acto con inmigrantes en 2008.
El exconsejero Rafael Blasco y el ex director general de Inmigración Josep Maria Felip, en un acto con inmigrantes en 2008. MÒNICA TORRES

El nivel de la marea judicial continúa subiendo en torno a Rafael Blasco, siete veces consejero de la Generalitat y exportavoz del PP en las Cortes Valencianas, que continúa siendo diputado autonómico. Tres imputados en la causa por el saqueo de los fondos de ayudas a la cooperación destinados a países pobres señalaron este viernes directamente a Blasco y a su hombre de confianza en la Consejería de Solidaridad, Marc Llinares, como tejedores del millonario fraude.

El que fuera número dos de Blasco, Josep Maria Felip, con el cargo de director general de Cooperación al Desarrollo, aseguró que apenas aterrizado en el cargo, en 2010, fue engañado por Llinares, hombre de absoluta confianza del consejero, jefe de área en el departamento y también imputado, para hacerle firmar la concesión de 1,6 millones de euros a la Fundación Cyes (después renombrada Fundación Hemisferio) para supuestos proyectos humanitarios en Nicaragua. Apenas una ínfima parte de esos fondos públicos llegaron a Centroamérica, mientras el resto sirvió para la compra de dos inmuebles en Valencia.

Felip dice que Marc Llinares le hizo firmar las ayudas sin darse cuenta

Según Felip, Llinares introdujo el expediente de Cyes sin advertirle junto a un montón de documentos supuestamente de trámite que debía firmar antes de salir de viaje a Bruselas. Al destapar los medios el escándalo, declaró Felip, llamó a Blasco, quien avaló personalmente el proyecto de Cyes insistiendo en su legalidad y reduciendo las sospechas de la prensa y los grupos de la oposición a una persecución política.

En el sumario consta, en cambio, el rechazo frontal que técnicos y cargos intermedios de la consejería mostraron a la aprobación del proyecto. Y, según aseguraron al declarar en calidad de testigos ante la juez, cómo Blasco les presionó para que lo aceptaran soslayando los impedimentos legales, llegando incluso a amenazarlos con revisar todo su trabajo anterior en el departamento en busca de irregularidades.

Blasco daba 20 puntos discrecionales a todas las ONG de la trama

Felip aseguró también este viernes que era Blasco quien concedía los 20 puntos que las convocatorias de cooperación reservaban a la Generalitat de forma discrecional. Los proyectos de las ONG que formaban parte de la trama corrupta obtenían regularmente esta puntuación extra, que les permitía imponerse a los presentados por organizaciones con acreditada experiencia en cooperación. El exdirector general contó igualmente que Blasco le negó que conociera a Augusto César Tauroni, a quien habría descrito como un amigo de su hermano Bernardo Blasco. Las numerosas conversaciones intervenidas por la policía prueban, por el contrario, que el entonces consejero tenía una muy estrecha relación con Tauroni, que lleva un año en prisión preventiva. La Fiscalía Anticorrupción considera a ambos como los directores de la trama.

El exdirector general rechazó declarar sobre otra parte de la causa, relacionada con el supuesto fraude del hospital que la Generalitat iba a construir en Haití después del terremoto de 2010, alegando que las defensas no disponen aún de toda la documentación.

“Necesitamos material pictórico”

El exnúmero dos de Rafael Blasco en la Consejería de Solidaridad, Josep Maria Felip, narró ayer ante la juez una escena que define cómo funcionaron supuestamente las cosas en el departamento en aquella época. Felip aseguró que tras estallar el escándalo por la publicación por EL PAÍS de una información sobre el desvío de fondos de cooperación a Nicaragua a la compra de pisos en Valencia, Blasco le convocó a una reunión a la que también asistió el responsable de la ONG que llevaba el proyecto, Cyes, Marcial López. Según Felip, Blasco estaba enfadado porque al intentar contrarrestar las críticas que oposición y medios dirigían al proyecto, había descubierto que solo tenían una foto del mismo, en la que se veía un puente. "Necesitamos material pictórico", habría declarado el exconsejero.

Los proyectos en Nicaragua de Cyes, que recibieron 1,6 millones de euros de ayudas de la Generalitat, eran teóricamente de potabilización de agua y mejora de técnicas agrícolas.

Las otras dos imputadas que declararon ayer, María Dolores Escandell, que fue jefa de servicio de Programas de Cooperación y Francisca Codina, técnico del departamento aseguraron igualmente que en la consejería que dirigía Blasco se produjeron múltiples irregularidades. Entre ellas: las ONG de la trama presentaban a menudo facturas increíbles. O incluían viajes en avión de personal de la consejería como gastos del proyecto. O que las receptoras de las ayudas efectuaban cambios sustanciales en los proyectos vetados por las convocatorias. O que recibían fuertes presiones para dar el visto bueno a expedientes irregulares, especialmente por parte de Marc Llinares, jefe de área de la consejería, y hombre de total confianza de Blasco.

Escandell aseguró que la consejería decidió convocar por concurso público la construcción de un hospital en Haití por cuatro millones de euros. Pero que todos sabían que lo ganaría Esperanzas sin Fronteras, ONG de la trama, como ocurrió.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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