La Junta y La Caixa ponen fin al conflicto de las Atarazanas de Sevilla
La entidad invertirá 10 millones en el monumento en un proyecto por definir
La Caixa invertirá 10 millones de euros para convertir las Reales Atarazanas de Sevilla en un espacio cultural, pero seguirá adelante con la decisión de llevarse su gran proyecto, el Caixafórum, a la Torre Pelli. La Junta de Andalucía y la entidad financiera presidida por Isidre Fainé han puesto fin con este acuerdo al conflicto abierto en noviembre pasado después de que La Caixa decidiera romper el contrato suscrito con el Gobierno andaluz para ubicar el Caixafórum en el astillero medieval.
El consejero de Cultura, Luciano Alonso, que hace tres meses cargó duramente contra La Caixa y anunció la apertura de un expediente administrativo, se felicitó ayer por la solución pactada: “Lo que era un problema hoy lo vamos a convertir en una oportunidad”, dijo. El acuerdo supone la retirada del expediente abierto por la Junta a la entidad financiera, a la que el Gobierno andaluz acusaba de incumplir un contrato suscrito en marzo de 2009, según el cual, La Caixa invertiría 20 millones de euros para la rehabilitación del edificio (con un proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra) y cuatro millones de canon anual durante 75 años.
La Administración y la entidad financiera pactarán el uso futuro del edificio
Aunque el objetivo principal de la Junta era que el proyecto de Caixafórum se instalara en las Atarazanas, Alonso aseguró sentirse “satisfecho”. Hace tres meses la Junta se vio abocada de un día para otro a quedarse con este espacio de 7.000 metros cuadrados ubicado en pleno centro de Sevilla, pendiente de rehabilitar y con un elevado coste de mantenimiento. Ahora, aunque la solución no es la que quería el Gobierno andaluz ni los ingresos van a ser los previstos, la Junta respira con algo de alivio. “La Caixa se queda en Las Atarazanas”, destacó ayer Alonso cuando explicó el acuerdo a los medios de comunicación.
La entidad financiera se ha comprometido a invertir 10 millones de euros en la rehabilitación del edificio y otros 200.000 euros al año —“por un tiempo ilimitado”, según Alonso— en llenar ese espacio de actividades culturales. Las negociaciones con La Caixa han corrido a cargo de la Consejería de Hacienda, que es la competente en cajas de ahorros. Las conversaciones sobre el uso de Las Atarazanas y el futuro proyecto cultural han ido en paralelo a la negociación de un acuerdo global sobre la obra social de la entidad financiera, que se ha comprometido a elevar a 50 millones de euros su aportación para actividades sociales, educativas, medioambientales y culturales. Esta cifra supone siete millones más que lo invertido el año pasado y esta cantidad adicional se dedicará a desarrollar nuevos proyectos sociales en colaboración con la Junta, según explicaron ambas partes en un comunicado conjunto el pasado martes. Entre otros proyectos, La Caixa se compromete a poner en marcha una nueva convocatoria de ayudas a entidades sociales, específica para las organizaciones de Andalucía, y una línea de trabajo para fomentar el empleo juvenil.
Menos definido está el proyecto que albergará las Atarazanas. Lo único claro por ahora es que será consensuado entre el Gobierno andaluz y la entidad financiera y que su gestión correrá a cargo de la Fundación Cajaso. Alonso no quiso marcar plazos para el inicio de las obras ni para la apertura al público del edificio. “El marco legal se aprobó ayer. No estoy en condiciones de hablar de futuro”, admitió.
El consejero se comprometió también a buscar el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla, cuyo alcalde, Juan Ignacio Zoido, aplaudió primero el traslado del Caixafórum a la Torre Pelli y luego aprobó una moción en el pleno municipal para pedir a la entidad financiera que se replanteara su decisión. Zoido celebró ayer el nuevo acuerdo, aunque no pudo evitar mostrar cierta sorna al recordar las amenazas que la Junta había lanzado a la entidad. “Aunque el acuerdo llega tarde, es preferible que llegue; y aunque el consejero diga una cosa y el otro diga otra (...) y luego llega el presidente y le da la mano al de La Caixa”, ironizó el alcalde, que no duda que la solución pactada supone una claudicación por parte del Gobierno andaluz: “Y tanto criticarme a mí y al final...”, dijo Zoido.
Por su parte, el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, aseguró, en declaraciones a Europa Press, que Sevilla y Andalucía “se sentirán orgullosas” del nuevo proyecto cultural. “Sevilla necesita buenas noticias y ésta es una de ellas”, afirmó el presidente de la fundación. Según Pulido, los primeros detalles del proyecto empezarán a trabajarse en una reunión prevista en las próximas semanas en la que él estará presente y en la que participarán también el director general de la Obra Social La Caixa, Jaime Lanaspa; la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo; y el consejero de Cultura.
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