Los elefantes dalinianos clausuran el Festival de Circo de Figueres
El certamen entrega sus premios y logra 23.000 espectadores
Suerte que los organizadores del Festival Internacional de Circo de Figueres encontraron dinero para trasladar desde China a toda la troupe de acróbatas de Jinan. La compañía, que combina la tradición milenaria del país con la innovación y la originalidad, se hizo merecedora del Elefante de oro, el máximo premio del evento. La entrega de los animales (en miniatura) de inspiración daliniana puso punto y aparte al festival, que cierra su segunda edición con satisfacción del público y de la ciudad de Figueres, volcada con el circo durante los cinco días de espectáculos.
Los organizadores han conseguido atraer a 23.000 espectadores, una cifra superior a la de otros festivales que se celebran en la provincia de Girona, con mucha más tradición y caché que este. El circo no es un arte de masas y este es el primer festival de estas características en España, acogido dentro de la familia de los 16 grandes festivales de circo a nivel mundial. Pero a los espectadores, en su mayoría de Girona, Barcelona y el sur de Francia, les ha gustado el espectáculo. Las 1.300 plazas hoteleras de Figueres prácticamente se llenaron durante el fin de semana, lo que da cuenta del impacto que puede tener el evento en la ciudad.
No solo los saltos a través de aros y las muestras de destreza con los lazos de la troupe china despertaron la admiración del público. Otro de los números más aplaudidos fue el de otra troupe, la de Yakov Ekk, de Rusia. La compañía se llevó el segundo Elefante de oro por sus abracadabrantes acrobacias a caballo. La compañía la montó Yakov Ekk, un cosaco “especialmente diestro” que ya había pasado por Barcelona en 1992. Ekk, que no ha renunciado a su otra pasión, los gatos (se dedica a amaestrarlos junto con su esposa Olesya) ha seleccionado a un grupo de jóvenes para crear esta compañía adscrita al Circo Bolshoi de Moscú.
El director del festival, Genís Matabosch, se aventuró a contratar a esta troupe a pesar de que la logística para trasladar a los equinos desde Moscú no parecía muy fácil. Los ocho caballos necesitaron para llegar hasta Figueres de la colaboración de la Generalitat y el Ministerio de Agricultura. A la vista del premio que se han llevado, el esfuerzo ha merecido la pena.
Matabosch asistía ayer por la tarde al complejo desmontaje de las carpas. “Estamos muy satisfechos. Esta edición era aún más complicada que la primera”, explicó por teléfono. Se refería al cambio de planes improvisado impuesto por el consorcio público que gestiona el Castillo de Sant Ferran, donde se iba a celebrar el festival antes de que los responsables se negaran a ceder el patio de armas. “Tuvimos que cambiar el plan de producción a tres días de empezar el montaje”, relató Matabosch. De la próxima edición, no quiere hablar por ahora. “Primero hay que acabar el balance contable, las memorias, etcétera”.
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