Sentimientos entre cuplés y coplas
Sevilla acoge una obra de Pérez de la Fuente que narra las vivencias de seis cabareteras en los años cuarenta
Corren los años cuarenta. En los aledaños de la Gran Vía madrileña, el espacio de variedades arrevistadas El balcón de España y Portugal abre sus puertas como cada noche. Sobre el escenario, un grupo de seis mujeres sobrevive en el mundo del cabaret. Es momento de olvidar los horrores y el dolor de la guerra, aunque solo sea de cara a la galería. Qué comience el espectáculo. Desde este jueves y hasta el domingo, el Teatro Lope de Vega de Sevilla viajará entre cuplés y coplas hasta el siglo pasado en la obra Orquesta de señoritas, dirigida y producida por Juan Carlos Pérez de la Fuente.
El reto era conseguir que no parecieran disfrazados, que no incitara a la risa Juan Carlos Pérez, director
Al frente de esta orquesta, que se basa en la historia del dramaturgo francés Jean Anouilh, están actores como Juan Ribó, Víctor Ullate Roche o Juan Carlos Naya. “Qué más da hombres o mujeres, todos sentimos igual”, apunta el director. “Lo importante es lo que narra, no si el personaje tiene barba o pelo en el pecho”, apunta Naya. Este cambio de sexo en los personajes ya se llevó a escena en la adaptación que la compañía porteña Los Comediantes de San Telmo estrenó en Madrid en los años setenta. “El reto era conseguir que no parecieran disfrazados, que no incitara a la risa, que fueran personajes con dignidad”, apunta Pérez de la Fuente. “Queríamos acentuar el patetismo que rodea la vida de estas mujeres, ver cómo a lo largo del espectáculo el maquillaje se va cayendo y deja al descubierto sus vivencias personales”, agrega.
Entre canción y canción, entre ellas Suspiros de España o Quiéreme mucho, sus protagonistas cuentan sus amores, sus ilusiones y también sus decepciones. La música no solo es el hilo conductor del espectáculo sino también de sus vidas. “Hay muchos momentos cómicos en la obra, pero la historia encierra mucho dolor”, señala el director, quien apunta que estas mujeres son una “lección de coraje”. “Son artistas que ya tienen sus años y que ya no pueden reiniciar su vida. Solo les queda afrontarla como les viene”, afirma Naya.
Además de ser, según Pérez de la Fuente, un montaje con escenografía ecológica —se han utilizado 25.000 botellas de plástico para diseñar el decorado—, esta tragicomedia rinde homenaje a Álvaro Retana, considerado el mejor escritor de novelas eróticas de su época y autor de las letras de celebrados tonadillas o cuplés. “El vestuario, de Alejandro Andújar, está realizado a partir de los figurines de Retana que hay en el Museo Nacional del Teatro”, apunta el director, quien prepara un nuevo trabajo cuyos personajes serán políticos españoles. "Y hasta aquí puedo leer", bromea.
A diferencia del espectáculo de los años setenta, en la obra de Pérez de la Fuente no hay lugar para el playback. “Era una de mis grandes apuestas”, apunta el director. Así, serán los propios actores los que con onomatopeyas de instrumentos den ritmo a este “gran reconocimiento” al género frívolo. “Para mí, este proyecto ha sido liberador, un verdadero reto después de hacer durante tanto años teatro clásico”, concluye Naya.
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