El soberanismo rompe la unidad patronal
Las presiones de los empresarios nacionalistas dejan solo a Fomento en el acto ‘Anem per feina’ La organización rechaza que el evento fuera político
El soberanismo ha acabado resquebrajando la unidad patronal de la que los empresarios catalanes querían hacer gala. Con el lema Anem per feina, la patronal Fomento del Trabajo había convocado para el próximo 14 de febrero lo que debía ser un acto de reivindicación empresarial en el Palacio de Congresos con la participación de todas las grandes organizaciones catalanas. Pero a medida que se acercaba la fecha, crecían los recelos entre el empresariado soberanista, que temía que las grandes empresas reivindicaran el pacto fiscal como alternativa al proceso soberanista. A su vez, amplios sectores de la gran patronal veían con inquietud que esos empresarios, muy activos en las redes sociales, inundaran el palacio de estelades. Después de que la Cámara de Comercio de Barcelona anunciara que debía replantearse su presencia en el acto, llegó el efecto dominó: Pimec, el Círculo de Economía y los jóvenes de Aijec anunciaron su baja de un evento en el que solo participará Fomento.
Este diario ha consultado a diez personas pertenecientes o cercanas a todas las organizaciones involucradas para recabar su versión sobre cómo las patronales se fueron descolgando del acto. Su parecer sobre el detonante de esa división no siempre coincide; es más, de los diez, solo a uno no le importó ser citado en esta información.
El acto empezó a fraguarse antes de verano del año pasado. La idea, coinciden varios empresarios, se planeó entre el jefe de la patronal, Joaquim Gay de Montellà, el entonces presidente de los contratistas, Rafael Romero, y el hotelero Joan Gaspart. Se trataba de organizar un acto solo para Fomento del Trabajo para reivindicar la figura del empresario en un momento en el que se aceleraban los cierres de empresas, la banca seguía con el grifo del crédito anudado y la Administración continuaba demorando sus pagos. Sin tiempo para organizarlo todo antes de verano, el acto se programó para el 18 de octubre. La manifestación del 11-S y la anticipación de las elecciones al Parlament obligaron a aplazarlo.
Tras los comicios, la patronal recuperó el acto, pero quedó abierto al resto de organizaciones. Para algunos empresarios consultados, ahí está el primer error, puesto que consideran que se abrió la puerta a que CiU pudiera mover hilos a través de sus organizaciones más afines. Y empezó a hacerlo, según estas fuentes, cuando Gay de Montellà advirtió a Artur Mas en una conferencia que los empresarios no querían “un choque de trenes” e instó a los Gobiernos de Madrid y Barcelona a recuperar el pacto fiscal. Estas fuentes aseguran que la Generalitat temía que ese discurso estuviera presente en el acto y, añaden, tampoco les habría gustado que el documento de conclusiones recogiera la denuncia de la morosidad por parte de las Administraciones Públicas, también la catalana.
El sector nacionalista de la patronal asegura que no ha boicoteado el acto
Un amplio sector de Fomento señala a los empresarios de Femcat, una organización de corte nacionalista liderada por el presidente de Moventia, Miquel Martí, como los agitadores del encuentro.
Los empresarios consultados recuerdan que el sector nacionalista de la patronal ya fracasó en su intento de disputar a Joan Rosell la presidencia de Fomento con la candidatura de Joaquim Boixareu, que entonces ya fue visto como un submarino de CiU. De hecho, fueron empresarios del lobby nacionalista quienes frenaron la participación de la Cámara de Comercio de Barcelona. Desde Femcat, sin embargo, se niegan esos extremos. Fuentes de la entidad recuerdan que no fue convocada como tal y que sus miembros no hablan en otras instituciones —como la Cámara o el Círculo de Economía— en calidad de socios de Femcat, sino como empresarios.
Otro empresario consultado opina, en cambio, que la Generalitat no ha tenido nada que ver y lo ciñe a las diferencias entre patronales, que también han quedado divididas como consecuencia del debate soberanista. Los empresarios que pertenecen a otras organizaciones, de hecho, niegan presiones del Ejecutivo catalán, aseguran que en su seno conviven todo tipo de sensibilidades y sostienen que el error estuvo en anunciar la participación de las organizaciones antes de que se celebraran sus juntas directivas. A muchos empresarios, según las fuentes consultadas, tampoco les agradó la idea de que abriera el acto el presidente del Círculo de Economía, Josep Piqué, por su condición de exministro en un gobierno del PP, aunque este al final también declinó participar en el evento.
Empresarios de Fomento no entienden porqué se ha politizado el encuentro
De cualquier modo, Pimec se bajó del carro después de que Gay de Montellà anunciara que el acto se celebraría en la sede de Fomento. Al día siguiente, la organización que preside Josep Gonzàlez aseguró que tras ese cambio “unilateral” del que se enteró por la prensa ya no tenía sentido su participación en el acto. Ese comunicado no sentó bien en Fomento, y menos cuando se lleva tiempo negociando una más que compleja fusión entre las dos organizaciones. Un miembro de la junta de Pimec, que se considera independentista, explica que él estaba en contra de acudir al acto. “Y como yo, había más voces discrepantes”, afirma.
Lo mismo sucedía en otras organizaciones, en las que hay miembros tanto de FemCat como del Centro Catalán de Negocios, organización independentista que acusó a las grandes patronales de querer reivindicar el pacto fiscal frente a la independencia. Su presidente, Ramon Carner, califica a las firmas contrarias a la independencia de “empresas del BOE” —curiosamente, desde el otro lado se dice lo mismo de ellas pero sustituyéndolo por el DOGC—, pero sostiene que su intención no era “boicotear el acto”. “En todo caso, hemos puesto de manifiesto que estas patronales no representan al empresariado catalán”, afirma Carner.
El soberanismo ha dividido a las organizaciones empresariales
En la junta directiva de Fomento muchos empresarios todavía hoy no entienden que un acto de reivindicación empresarial se haya politizado, y menos cuando en las reuniones de la patronal nunca se ha abordado abiertamente el debate soberanista, por lo que su posición sigue siendo la de reclamar el pacto fiscal para Cataluña. Y ahí, todas las fuentes de la organización que preside Gay de Montellà coinciden en que el acto nunca tuvo ni iba a tener contenido político.
Por ello, cuando a comienzos de semana Gay de Montellà ya sabía que todas las entidades iban a descolgarse del acto, rechazó las voces que pedían que lo desconvocara y decidió mantenerlo en agenda.
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