Castellón restaurará la escultura que tiró el viento y Ripollés dice que es un burrada

El Ayuntamiento de Castellón restaurará íntegramente la escultura de Ripollés derribada por el viento el pasado 26 de enero, frente al deseo del autor de la obra, que tras "dialogar" con ella pidió "dejarla como está" y por ello asegura que lo que finalmente se hará con ella será "una burrada y una chapuza".

El alcalde, Alfonso Bataller, indicó este viernes que el equipo de gobierno ha acatado las recomendaciones de la Comisión de Artes Plásticas del Consell Municipal de Cultura, cuyos miembros, todos ellos artistas locales, han decidido "por mayoría" devolver la escultura a su estado original.

"Nos faltan los informes técnicos, pero a la espera de los mismos, y teniendo en cuenta cómo se ha manifestado el Consell Municipal de Cultura, este Ayuntamiento seguirá sus instrucciones y restaurará la escultura", dijo Bataller.

"Era nuestra idea restaurarla y ahora esta intención se ve reforzada y avalada por la decisión mayoritaria del Consell Municipal de Cultura", añadió

Por su parte, el portavoz del equipo de Gobierno, Miguel Angel Mulet, señaló que todavía no puede concretarse cuándo se iniciará la reparación ni su coste, porque eso es algo que deberán determinar los informes técnicos encargados.

No obstante, sí aseguró que la restauración no supondrá ningún coste para las arcas municipales ya que se ha requerido al ingeniero diseñador y a la constructora que instaló la estructura de la escultura que sean sus seguros quienes asuman los gastos.

"Ellos tendrán que dilucidar si el incidente se debió a un fallo técnico o fue un error de la constructora, pero se ha pedido que o bien un seguro o el otro se haga cargo", especificó.

La decisión de restaurar la escultura fue comunicada por el propio alcalde al artista, Juan Ripollés, quien ha recibido la noticia "con un gran disgusto".

Aseguró que está "en shock" por la "incomprensión" que siente y criticó abiertamente la decisión del Consell Municipal de Cultura que impide materializar la idea de dejar su obra como está.

"La escultura había muerto, pero le había nacido un hijo y ahora lo han matado: este hijo no ha podido ver la nueva vida que yo le iba a dar", agregó.

Calificó de "burrada" y de "chapuza" lo que se va a hacer con su obra, y reiteró que la decisión adoptada por el Consell de Cultura se ha tomado en contra de su voluntad.

No obstante, ha aclarado que no dejará de lado el "cadáver" en el que se ha convertido su obra: "Lo voy a cuidar, pero es una burrada", concluyó.