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Arte emergente y permeable

La Casa Encendida muestra las obras ganadoras de su certamen Generaciones

Silvia Hernando
La obra 'Penta Pack', del artista Guillermo Mora.
La obra 'Penta Pack', del artista Guillermo Mora.SAMUEL SÁNCHEZ

Han sido elegidos como representantes de su tiempo, aunque no se lo crean demasiado. Tampoco es una aspiración. Viven el arte en una época y un lugar que constriñen muchas de las libertades que les vienen dadas, pero no se amedrentan por ello. Es más, en muchos casos se valen de las adversidades para fertilizar su creación. Los diez ganadores del certamen Generación 2013, organizado por La Casa Encendida, son jóvenes —menores de 35— y residentes en España. Y sin embargo, sus propuestas remiten a planteamientos maduros y con vistas al mundo. Con sus afinidades y sus contradicciones, los talentos emergentes Irene de Andrés, Santiago Giralda, Asunción Molinos, Guillermo Mora, Julia Spínola, Martín Vitaliti, Elena Alonso, Manuel Eiriz, Juan López y Teresa Solar han conseguido hacerse cada uno con los 12.000 euros que otorga el concurso (el año pasado eran 15.000), que celebra su XII edición, y mostrar sus proyectos en una exposición de entrada libre que se mantendrá en el centro cultural de la capital hasta el 5 de mayo.

Aquí cada artista es libre de adherirse (o no) a cualquier tendencia. El valor de sus aportaciones queda sujeto al designio de un jurado que este año ha seleccionado a los elegidos de entre más de 900 candidatos. Tras la resolución de João Fernandes, subdirector del Museo Reina Sofía; Javier Montes, crítico; y Glòria Picazo, directora del centro de arte La Panera de Lleida, lo que queda es una amalgama de vídeos, cómics, collages, pinturas, fotografías, acciones documentadas o instalaciones. Para ordenarla, entra en juego la figura del comisario, Ignacio Cabrero, que ha trabajado con los artistas durante el último medio año para dar lugar a una muestra unitaria, “dialogante y equilibrada”. El resultado es un conjunto que habla, como él explica, del “vacío, la ruina o la protesta”. Ya sea in o subconscientemente, algo sí parecen tener entonces en común todos los proyectos. “Las obras siempre se relacionan con el momento en que se realizan”, confirma Juan López. “Todo lo que ocurre alrededor afecta a la pieza, aunque sea de manera indirecta”.

'Castiga el pladur', pieza de Juan López.
'Castiga el pladur', pieza de Juan López.SAMUEL SÁNCHEZ

Cada artista trabaja en su línea y con los medios que se adaptan mejor a su visión de lo que creen que pueden y deben aportar como agentes sociales. Algunos solo habían presentado al certamen ideas en proceso, que se han transformado en realidades gracias a la cuantía del premio. Es el caso de la obra de Irene de Andrés, Festival club. Donde nada ocurre, que retrata los vestigios de la modernidad a través de las ruinas de templos ibicencos. Templos, eso sí, de la electrónica: discotecas derruidas a las que llevó a uno de los adalides de la noche isleña, DJ Alfredo, para crear una sesión documentada en vídeo que da lugar a una experiencia audiovisual entre lo turbador, lo tragicómico y lo romántico. También se creó con posterioridad al fallo del jurado la pieza de Juan López, Castiga el pladur, dos vídeos empotrados en roturas recreadas en dos paredes opuestas: una que da a la calle y otra que da a una sala de conferencias de La Casa Encendida. Mientras que las imágenes que miran al interior permanecen estáticas, las del exterior se mueven al ritmo de la vida, gracias a una cámara colocada en una de las ventanas.

Algunos de los creadores seleccionados, aunque jóvenes, ya tenían enfilada su carrera, unos a través de galerías y otros con una trayectoria de participación en concursos o exposiciones colectivas. Pero este paso les puede empujar en el salto a otra división en la liga del arte contemporáneo, como ya pasó con Lara Almárcegui, Cristina Lucas, Pedro G. Romero o Sergio Belinchón, todos representantes de anteriores Generaciones. Si no ocurre, al menos se quedan con el premio y el reconocimiento. “Y con el tiempo que has ganado”, apunta Irene de Andrés. “Porque al final estos concursos sirven para eso: ganar tiempo para preparar otros proyectos, para seguir adelante... Tiempo para reflexionar”.

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Sobre la firma

Silvia Hernando
Redactora en BABELIA, especializada en temas culturales. Antes de llegar al suplemento pasó por la sección de Cultura y El País Semanal. Previamente trabajó en InfoLibre. Estudió Historia del Arte y Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca y tiene dos másteres: uno en Mercado del Arte y el otro en Periodismo (UAM/EL PAÍS).

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