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Comer, beber y ver crear

El actor malagueño, que hoy estrena la obra ‘Mitad y mitad’ en el teatro La Latina, disfruta de la ciudad en bares, restaurantes y en el taller de su amigo David Delfín

Pepón Nieto, en su bar de cabecera de la calle Cava Baja.
Pepón Nieto, en su bar de cabecera de la calle Cava Baja.BERNARDO PÉREZ

1. Número cinco. Vengo de un pueblo y para mí es obligatorio tener un bar de cabecera. Este es el mío. Es un local magnífico, con varios pisos. El primero lo tienen cubierto de arena, de ahí que se conozca como La playa, y el último, más íntimo, cubierto de césped. Los mojitos están riquísimos y además lo regentan dos amigos míos, Diego y Jorge Chapa, que siempre me tratan genial (Cava Baja, 5).

2. Restaurante Caripén. Era el antiguo tablao flamenco de Lola Flores y ya entonces tenía este nombre. Ahora es un bistró francés. Cierran a las tres de la mañana, por lo que puedes cenar muy tarde y luego tomarte allí una copa. Tiene un punto bohemio y los platos están muy ricos. Recomiendo la pasta y el magret de pato (Plaza de la Marina Española, 4).

3. Restaurante Emma y Julia. Lleva abierto muchos años, unos diez, calculo. Es maravillosa la relación calidad precio. Un italiano buenísimo (Cava Baja, 19).

4. El mercado de San Antón. Me encanta ir allí desde que lo han rehabilitado. Tiene el rollo del mercado de San Miguel, pero es más económico y no está tan concurrido por los turistas. La terraza es mi lugar preferido del espacio. En verano me gusta tomarme algo mirando los tejados de Chueca (Augusto Figueroa, 24).

5. Válgame Dios. Está muy cerca del mercado. Es un bar de copas donde también se puede picar algo. Los combinados están muy ricos. Además, el dueño, Santi, regentaba antes el mítico bar Carbones (Augusto Figueroa, 43).

Televisivo y teatrero

Pepón Nieto (Estepona, 1967) es una cara conocida de la televisión por su papel en Los hombres de Paco o en Periodistas pero también un gran amante del teatro. Ahora vuelve a las tablas mano a mano con Fernando Tejero.

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6. Bar Carbones. Se lo quedó Marcos, el hijo de Santi. Ha respetado la esencia, aunque algún mueble sí que ha cambiado. Está en el barrio de las Letras, detrás de la plaza de Santa Ana y del Teatro Español. Siempre que salíamos de la función íbamos allí a tomar una copa (Manuel Fernández y González, 13).

7. La zona TriBall. Se ha convertido en un lugar muy interesante. Han abierto muchas tiendas de diseñadores jóvenes emergentes, peluquerías, negocios de decoración. Además, los bares de la zona son geniales. Ha cambiado mucho, antes era una zona terrible y un poco peligrosa. Ahora da gusto pasear por sus calles.

8. El taller de David Delfín. Me encantan sus diseños, le admiro. Somos amigos desde pequeños, íbamos al colegio juntos. Me encanta pasarme y ver que está preparando. Es muy divertido estar allí, se respira creatividad. Tiene una tienda online, pero desde luego, no es lo mismo que estar in situ, entre telas y vestidos (Marqués de Monteagudo, 22).

9. El rastro. Ha cambiado mucho. Cuando llegué todavía estaba abierta La Bobia, un bar de reunión clásico de los ochenta. Era casi obligatorio ir por la mañana. Aun así, sigue teniendo ese olor castizo, esos bares donde tomarse el aperitivo y la tapa por la mañana. Puedes estar cotilleando y, si se sabe observar, se encuentran cosas muy divertidas.

10. La Tourné. Es el bar del teatro de La Latina rehabilitado. Antes solo daba servicio durante las funciones. Le han dado una vuelta, está muy bien decorado, hacen actuaciones por la noche. Tienen una programación muy interesante y han sabido aprovechar el hall como terraza cubierta. Imprescindible (Plaza de la Cebada, 2).

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