El presidente insinúa que será su último mandato

Feijóo fue elegido ayer presidente del PP por tres años más. Cuando culmine este ciclo, en 2016, habrá cumplido una década al frente del partido, desde que logró derrotar a todos sus rivales en la carrera por suceder a Manuel Fraga. “Yo nunca había trabajado tanto tiempo en el mismo sitio”, confesó a los compromisarios. Y con ese argumento dio a entender que sus planes son abandonar el liderazgo del PP gallego al concluir el nuevo mandato que ayer le dieron los militantes. Al terminar este ciclo, su plan es: “Entregar un partido con gente joven como cuando empecé”. “Pienso trabajar diez años para entregar una Galicia mejor que la de la crisis con que nos encontramos”, enfatizó Feijóo, siempre en el centro de toda clase de especulaciones sobre la posibilidad de que su carrera culmine con un salto a Madrid.

La idea de la necesaria renovación de la política y de los órganos del partido fue una constante en el dircurso presidencial. Para demostrar que él está aplicando ese principio, destacó que el 60% de los integrantes de la nueva ejecutiva son debutantes y que su edad media ha bajado de 45 a 43 años. Este órgano es tan multitudinario (71 miembros) que se ha convertido en casi decorativo. Desde 2009, cuando se celebró el anterior congreso, solo se ha reunido una vez. A la hora de la verdad, las decisiones ejecutivas se toman en un núcleo mucho más restringido, el comité de dirección, en el que están presentes los pesos pesados, entre ellos los presidentes provinciales.

En la parte más política de su intervención y destinada a enviar mensajes fuera del partido, Feijóo insistió de nuevo con la oferta de pactos a la oposición. Lo repite desde su triunfo electoral aprovechando cualquier oportunidad, incluido su mensaje televisado de fin de año. Ninguno de los interpelados se da por aludido —la oposición interpreta que lo único que pretende Feijóo es corresponsabilizarla en los recortes— pero el presidente no pierde la esperanza y ayer volvió a la carga.

El argumento de Feijóo es que la mayoría absoluta no impide que en momentos críticos como los actuales sean necesarios amplios acuerdos políticos. “Buscaré sin descanso acuerdos con la oposición aunque esta sea incapaz de ponerse de acuerdo consigo misma”, apuntó. A los socialistas los conminó a que “arrimen el hombro”. Y al BNG a que se muestre dispuesto a “hablar de una vez en serio de nuestra economía”, específicamente de sectores como el ganadero o el naval. A Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) ni la citó. Ya la da por imposible.