El RACC despedirá a 194 empleados tras perder un 26% de ingresos en cuatro años

La caída del consumo y de la compra de vehículos tendrá una nueva derivada laboral en Cataluña durante el primer trimestre de este año. El Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) anunció ayer a sus empleados su intención de despedir a 194 de sus 1.526 trabajadores, el 13% de la plantilla. La organización presentará un expediente de regulación de empleo (ERE) para ajustar su estructura al nuevo contexto económico, que le ha provocado una reducción de la facturación del 26% en los últimos cuatro años, según explicó la dirección a los representantes del comité de empresa durante la reunión celebrada ayer al mediodía.

El anunció no cogió por sorpresa a la plantilla. El pasado 2 de enero la entidad había avanzado a los sindicatos su decisión de asumir una reestructuración interna de calado, cuyas consecuencias se conocieron definitivamente ayer y avanzó Economiadigital. El club automovilístico prevé cerrar el ejercicio de 2012 con una facturación de 341 millones de euros, un 12% menos que un año antes. Asimismo, contempla acabar el ejercicio con unas pérdidas que podrían oscilar entre los cuatro y los siete millones de euros, según los datos ofrecidos a los sindicatos en el encuentro de ayer.

Fuentes sindicales explicaron que la dirección del club automovilístico, pilotado por Josep Mateu, prevé proponer a los sindicatos un plan de bajas incentivadas que podría ir acompañado de pocas prejubilaciones. Si quedan bajas por completar, se aplicarían despidos. Según explicaron las mismas fuentes, se contempla también la posibilidad de llegar a un acuerdo para que algunos despedidos puedan retornar a sus puestos de trabajo si, pasados doce meses, la situación económica de la entidad remonta.

Pero los miembros del comité de empresa desconfían de esa posibilidad tras el camino emprendido por el club automovilístico, que ha potenciado la externalización de servicios en los últimos años. Las mismas fuentes consultadas denuncian que el club automovilístico ha efectuado en los últimos tres años un goteo continuo de entre 150 y 200 despidos.

La dirección de la entidad no descarta cerrar áreas de gestión completas para externalizarlas. La mayor parte de los despidos procederán de los servicios centrales situados en la sede de la avenida Diagonal, a la entrada de Barcelona, donde se destruirán 120 empleos.

La caída de la facturación del RACC, de 109 millones de euros entre 2009 y 2012, ha sido paralela a la reducción del número de socios. La entidad superó el listón del millón de asociados en 2005, una cifra que creció hasta los 1.100.474 en 2009. A partir de entonces, justo cuando la dirección elaboró un plan de viabilidad de tres años, cayó en picado el número de asociados. Desde entonces ha perdido 165.000 personas que pagaba la cuota.

La dirección ha intentado encauzar esa sangría buscando fuentes alternativas de clientes, especialmente en el negocio asegurador, una de sus bases de ingresos. Una de las aventuras más arriesgada en ese sentido la tomó el pasado mes de junio, cuando se quedó Agrupació Mútua junto a la aseguradora gala ACM, lo que representaba su desembarco en el negocio de las pólizas sanitarias. ACM controla el 70% de Agrupació Mútua, mientras que el RACC controla el 30% restante. Quedarse la mutua, tras la preceptiva aprobación de la asamblea de trabajadores, suponía sumir una inversión conjunta cercana a los 200 millones de euros. RACC ya gestionaba entonces 600.000 pólizas de vehículos y hogar.