Un plan para rediseñar Castellón

Castellón inicia la próxima semana una consulta popular para definir su futuro urbanístico. El alcalde, Alfonso Bataller, ha convocado varios foros que arrancarán el 22 de enero y se prolongarán hasta junio para que los diferentes colectivos sectoriales, empresariales, vecinales y partidos políticos aporten sus ideas sobre cómo debe crecer la ciudad. Esta convocatoria se produce a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo que ha anulado por segunda vez el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado el año 2000 con Alberto Fabra como alcalde, y después de otro fallo del Tribunal Superior de Justicia valenciano que tumbó la intención de volver a dar luz verde al documento.

El objetivo es reunir opiniones que sentarán las bases del nuevo PGOU, que estará marcado por los nuevos condicionamientos económicos. El alcalde ha admitido que proyectos como el Centro de Convenciones de Calatrava, por el que el Consell ha pagado 2,7 millones en un contrato incumplido, “no se pueden plantear en el momento actual”. Las organizaciones ya han comenzado a trabajar para diseñar sus propuestas.

“Vamos a realizar varias reuniones para fijar una postura común”, dice el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Castellón (Apecc), Fermín Renau. Para el representante de los constructores los seis meses de foros son “demasiado tiempo”. “En dos meses podríamos tener un documento para empezar a redactar el nuevo PGOU”, agrega. Según Renau, la ciudad “está definida con el plan de 2000”, con lo que “habría que hacer modificaciones puntuales” para adaptarlo al momento actual. “El plan, en general, está bien”, sostiene. De la misma forma se expresa el presidente de la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC), José Roca. El jefe de la patronal indica que el plan se aprobó en un momento muy diferente al actual. “Ha pasado mucho tiempo y hay que actualizarlo”, dice. No obstante, apunta que la organización realizará reuniones en las próximas semanas para definir su postura.

Desde la oposición en el Ayuntamiento ya se han realizado las primeras aportaciones. Para el PSPV-PSOE, abordar el sistema de transporte es fundamental. Y el Tram no es el modelo deseable. “Es una barrera que divide Castellón y solo comunica el este con el oeste. Con el mismo dinero hubiéramos embellecido más la ciudad y mejorado la red de transporte”, explica Amparo Marco, la portavoz del grupo municipal. Marco apoya la idea de capitalidad de Castellón y apuesta por un enfoque del área metropolitana. “Debemos crear una red de transporte interurbano y conectar mejor con los municipios colindantes y los polígonos industriales”, dice. Sobre la Ciudad de las Lenguas, afirma que apoyaría un proyecto académico y turístico, “pero nunca urbanístico”.

El portavoz del Bloc en el Ayuntamiento castellonense, Enric Nomdedéu, habla de la necesidad de zanjar el problema del PAI Mestrets, el plan de un millón de metros cuadrados que fue el objeto de las promesas electorales de Alberto Fabra. Allí estaba previsto construir el Centro de Convenciones, el rectorado de la VIU de Frank Gehry y más de 6.000 viviendas. Pero el plan está paralizado judicial y económicamente. “Si ya no tenemos VIU, ni centro de Calatrava, es evidente que hay que replantear Mestrets y resolver el problema con los propietarios”, dice Nomdedéu. Esta es, de momento, la única propuesta del grupo. “Haremos las aportaciones una vez que escuchemos a todas las partes”, indica.

Finalmente, para Carme Carreras, de Esquerra Unida del País Valencià, el nuevo PGOU debería estar libre de grandes proyectos e infraestructuras. “Ya se ha demostrado que el modelo es un fracaso, la ciudad no se puede plantear con las mismas premisas”, afirma. Carreras apuesta por pequeños proyectos que hagan de Castellón una ciudad “más sostenible” y “más pensada en función de las necesidades de los barrios”. Pone un ejemplo: “Deberíamos mirar a Vitoria, nombrada ciudad verde europea”.