La muerte de Anna Lizaran provoca una oleada de consternación
El presidente de la Generalitat,Artur Mas, la califica de una de las más grandes actrices que ha tenido Cataluña
La muerte de la actriz y directora Anna Lizaran en la medianoche del viernes ha provocado una oleada de consternación en el ámbito de la escena, el mundo cultural y la sociedad catalana en su globalidad, y también en el resto de España. A la tristeza por la pérdida de una intérprete colosal, muy popular e inmensamente querida se ha añadido el impacto de lo imprevisto –para la mayoría- de su desaparición. Los testimonios de cariño y duelo están siendo continuados todo el día de hoy. El velatorio de la actriz, fallecida a causa de un cáncer en el hospital Clínic de Barcelona a los 68 años, tendrá lugar mañana domingo a partir de las 14 horas en el Tanatorio de les Corts y el lunes a las 12 se celebrará la ceremonia de despedida en el mismo recinto.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, en un largo y minucioso comunicado con motivo del fallecimiento, califica a la Lizaran como una de las más grandes actrices que ha tenido nuestro país” y afirma que “Cataluña le ha de agradecer sus grandes interpretaciones y su compromiso decisivo para crear un teatro más excelente”. Mas, en singular papel hoy de especialista teatral, asegura que “sin ella la historia del teatro catalán, reconocido en todo el mundo, no habría sido la que es” y subraya el hecho de que “protagonizó la obra más vista de la historia de la escena catalana, Agost, de Sergi Belbel”.
El Teatre Lliure, la casa madre de la experiencia profesional y vital de Anna Lizaran, ha propuesto en un comunicado ”un brindis per a l’Annita” –la manera afectuosa en que se la llamaba- y la ha evocado “tierna, inmensa, apasionada y sutil, refinada y popular, mujer y actriz toda de una pieza”. Ha recordado asimismo su compromiso con los muchos papeles fueran pequeños o grandes, su forma de vivirlos intensamente en la sala de ensayos y luego noche tras noche hasta la última representación, y también cómo en el camerino se preparaba poniéndose el perfume que había decidido que era el idóneo para el personaje que hacía. “Siempre con aquella generosidad desbordante, en el escenario, pero también en la vida, con un compromiso firme pero nada ostentoso con el Teatre Lliure, los teatros, el Teatro y la vida”.
Joan Font: “Era una pasada de mujer, vivía en un continuo aprendizaje, una compañera maravillosa y un monstruo de la escena”
Entre las primeras reacciones esta mañana, la de Joan Font, de Comediants, de gira en Sidney (Australia), grupo del que la Lizaran fue fundadora. “Era una pasada de mujer, vivía en un continuo aprendizaje, una compañera maravillosa y un monstruo de la escena”. Otras voces han destacado cómo a lo largo de su carrera la actriz trabajó con directores de diferentes generaciones, siempre con la misma voluntad de excelencia en su trabajo con ellos. Se ha recalcado la atracción que su solo nombre ejercía en el público y cómo muchas veces se acudía a los espectáculos en que actuaba simplemente por la magia, el hechizo de su personalidad; “ir a ver a la Lizaran” era motivo suficiente para acudir al teatro.
Albert Espinosa, autor y director de la obra que se representa actualmente en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), donde la actriz hizo tantos grandes papeles, ha dicho que le dedican a Anna Lizaran la función de esta noche, “en el último escenario que pisó” (la actriz estuvo ensayando La Bête hasta casi su estreno en octubre, pero hubo de abandonar, ya falta de fuerzas). Mario Gas, desde Buenos Aires, donde estrenó el jueves El veneno del Teatro –un buen título para ponerle a la vida de la Lizaran- ha enviado un mensaje en su recuerdo: “Se nos ha ido prematuramente una gran actriz. Una de las grandes. Y una gran personalidad. Alguien muy admirado, respetado y querido. Una persona apasionada por su arte y muy cercana a sus amigos. Anna Lizaran. La Lizaran. Una compañera a la que será muy difícil olvidar personal y artísticamente, aunque siempre estará entre nosotros. Irrepetible. Ahora estamos demasiado golpeados por la noticia para añadir nada más. Tan solo el dolor que nos produce su pérdida y la alegría de haberla conocido. Hasta siempre Anna”.
El consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, ha recordado por su parte a Anna Lizaran como “una profesional enorme, colosal (…) una actriz impresionante con una manera extraordinaria de interpretar que ya se sitúa al lado de los nombres míticos del teatro catalán”, y ha añadido: “Personalmente, las interpretaciones de Anna Lizaran han sido para mí un estímulo para amar y aficionarme al teatro catalán y universal de todos los tiempos”. El teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Siurana, ha considerado a la actriz “un ejemplo y una referencia para la cultura del país”, ha recordado su vinculación a los teatros de la ciudad y el hecho de que ganó en 2005 el Premi Ciutat de Barcelona de Artes Escénicas por Un matrimoni de Boston.
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