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Jugarse 40 años a la ruleta

El Cuarteto Brodsky celebra en el Canal su aniversario con un repertorio que se decidirá al azar

Los integrantes del Cuarteto Brodsky.
Los integrantes del Cuarteto Brodsky.jaime villanueva

Cuando mañana se apaguen las luces de la Sala Verde de los Teatros del Canal, todo seguirá estando en el aire. A modo de casino ingenuo, el escenario lo presidirá una ruleta con 40 apartados. El azar será el que decida el programa segundos antes de que tomen asiento los instrumentistas del Cuarteto Brodsky, que celebran con este peculiar concierto sus 40 años sobre las tablas.

“Queríamos hacer un concierto que fuera una celebración, una fiesta informal de cumpleaños”, explica Paul Cassidy, violista del conjunto. En la ruleta se agolpan piezas para cuarteto de cuerda de autores muy dispares: Mozart, Webern, Turina, Piazzolla, Barber, Respighi, Verdi, Dvorák, Schubert, Brahms… “Son 40 piezas que reflejan estos años, divididas en cuatro categorías: piezas cortas para cuarteto, obras de los grandes autores más conocidos, piezas dedicadas a nuestro cuarteto de autores contemporáneos y los diez grandes cuartetos de cuerda de la historia”, explica Cassidy. Escogiendo una pieza de cada grupo se configura un concierto completo.

A la hora de recordar sus grandes momentos, los músicos destacan la integral de los cuartetos de Schubert en Barcelona pero reseñan como momento memorable un concierto muy cercano. El conjunto llenó la sala de cámara del Auditorio Nacional el pasado jueves con un programa muy actual. “Era complicado pero la respuesta fue muy cálida, fue maravilloso. El público español tiene respeto por la música de cámara: este programa no tendría mejor respuesta en Londres”, comenta.

El concierto de mañana es una celebración pero también un intento del cuarteto de atrer nuevos públicos y de hacer algo distinto. “Hagas lo que hagas, has de ser honesto. Somos creadores y no podemos resignarnos a hacer siempre lo mismo. Lo interesante de ser músico es interactuar con otras artes, con otro tipo de música y con artistas diferentes. El público responderá seguro, porque la música es un arte vivo”, explica el violista. “La música clásica es la más excitante que tenemos. El concierto es para ofrecer algo diferente al público sin renunciar a un alto nivel de interpretación”, dice Cassidy, que ya suma 30 años tocando en la formación. El violinista Ian Belton y la violonchelista Jacqueline Thomas están desde su fundación hace cuatro décadas, y el otro violinista, Daniel Rowland, fue el último en llegar. Han sido más de 3.000 conciertos y un repertorio prácticamente inabarcable, por eso no entienden que la televisión entronice a artistas en solo unas semanas. “No se puede hacer un músico en un rato. La buena música no surge por arte de magia en la pantalla: un buen violinista tarda entre 20 y 30 años en convertirse en un gran intérprete”, explica sobre los talent-shows. “Nunca ha habido tanta calidad en música como ahora, pero mucha gente aún no está preparada para valorarlo”.

Cuarteto Brodsky. Mañana y el día 20 a las 12 en la Sala Verde de los Teatros del Canal (Cea Bermúdez). Entradas: de 8 a 12 euros.

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