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Un testigo del mal estado del ‘Prestige’ se desdice y afirma que valía para navegar

El práctico danés que se subió al petrolero una semana antes del accidente afirma que era apto para navegar La rescatadora critica al Gobierno español y afirma que se pudo trasvasar la carga

A las 36 horas de accidentarse frente a Fisterra, el Prestige ya estaba en “unas condiciones graves”, muy dañado en su estructura y en riesgo de partirse. Había además indicios serios de que ya había perdido una parte apreciable de sus 77.000 toneladas de fuel: uno de sus tanques debía de estar vacío, ya que solo salía de él “agua pulverizada” sin rastro de aceite o combustible. Pero pese a todo, el 15 de noviembre de 2002 aún era factible salvarlo e intentar un trasvase de su carga en “aguas más tranquilas”, según sostuvo ayer en el juicio el capitán de la rescatora Smit Salvage, Wytse Huismans.

“Era mi meta, realmente esperaba que las autoridades españolas nos permitiese acercarnos a la costa, a aguas abrigadas de una bahía para hacer el trasvase a otro barco, hubiera facilitado la operación de rescate, pero no se me permitió, y tenía que cumplir la orden de mantener el barco a 120 millas”, declaró.

Al mando del viejo petrolero hasta que se hundió el 19 de noviembre, tras ser contratada su empresa por la armadora, el capitán holandés confirmó la pésima situación del Prestige cuando subió a bordo. Pero responsabilizó a las autoridades españolas de haber “empeorado los daños” iniciales del petrolero al imponer tras su accidente su alejamiento con un rumbo noroeste “inaceptable”, “hacia el mal tiempo”. Huismans también criticó la decisión del capitán del barco, Apostolos Mangouras, de corregir la fuerte escora inicial llenando de agua sus tanques de lastre. A preguntas del abogado del Estado, Huismans admitió que “existía el riesgo de rotura” del barco “cerca de la costa”. “Pero mayor era el riesgo en alta mar”, añadió.

El juicio de la catástrofe se reanudó ayer en A Coruña con un varapalo para la Fiscalía y el Estado español, como fue la declaración por vídeoconferencia del práctico danés que pilotó el Prestige una semana antes de su accidente desde Degser a Grenad. La declaración de Jens Jorgen Thuessen puso en evidencia que fue manipulado por el abogado estadounidense que contrató España para defender su fallida demanda en Nueva York contra la clasificadora del barco, ABS. Así Thuessen reconoció que si declaró que el Prestige era el peor barco que jamás vio y que ningún puerto europeo le hubiera permitido seguir navegando fue porque le habían enseñado fotos de 2001 sobre el estado del petrolero antes de ser reparado en China. “No había motivo para detenerlo” durante su travesía de noviembre 2002, admitió el práctico danés.

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