Las Ruedas cogen velocidad

8 de mayo de 2011. En la sala Rock Kitchen varios grupos recuerdan lo que significó el bar Agapo como templo roquero del Madrid de hace cinco lustros. “Bueno, vale. Ok, Nastassia Kinski / si no estás tú qué pinto yo”, entona sobre el escenario Pedro San Juan, líder de Las Ruedas. ¿Las Ruedas? Sí, la banda olvidada de aquella escena malasañera, sin la aureola de Los Enemigos ni la popularidad de Los Ronaldos, reflotada últimamente por San Juan: “Siempre nos movimos en el circuito underground y en sellos indie, es lógico que no se nos recuerde más allá”. Sus aún fibrosas canciones sonarán esta noche en vivo en Alcalá de Henares, buena excusa para reivindicarles tras el documental estrenado a principios de año, Predicar en el desierto: una historia de flores y ruedas. “Lo impulsaron unos chicos de Jaén que organizan en Martos el Vértigo Estival. Y su culminación coincidió, más o menos, con el aniversario del Agapo. Motivos confluyentes para el retorno”.

San Juan admite algún momento casi mainstream en la trayectoria de Las Ruedas, como el que vivieron en Salamanca en 1986: ganar el concurso de Radio Cadena Española con las cámaras de TVE en directo y los Héroes del Silencio mosqueados por la derrota. “Iban un poco de estrellas, pero ahora te das cuenta de que eran en realidad más profesionales que el resto. Quizá el jurado valoró nuestra espontaneidad”. Pese al premio, San Juan sufrió lo suyo: “El exceso de entusiasmo y la falta de costumbre de tocar en días seguidos me hicieron perder la voz para la final. No sé cómo lo conseguimos”. Y no fue la única sorpresa: “En el Villa de Madrid del año anterior concursamos en la categoría de música heavy porque el cupo de pop-rock estaba completo. Fuimos finalistas”. Hablamos de una formación para nada metalera, influida por “The Clash y el punk del 77, Chuck Berry, Gene Vincent, la new wave o los Stones”.

Las Ruedas se gestó como banda en la mili, fue bautizada en el metro y cogió vuelo en una caseta de jardín a modo de local de ensayo, la de la familia de San Juan (su padre es el dibujante y humorista político Máximo). “En los míticos locales de Tablada 25 buscamos una vez dónde practicar de críos, cuando aún no éramos Las Ruedas. Nos sugirieron que quizá alguien querría compartir local. Llamamos a una puerta y abrió Rosendo, que lideraba entonces Leño. Nos miró en plan paternal, nos pidió un teléfono y, como era previsible, nunca llamó”. El camino de Las Ruedas siempre estuvo vinculado a Servando Carballar, primero en el sello DRO y luego en La Fábrica Magnética. “Un tipo muy atrevido que apostaba por lo que le seducía, un músico amante de la música. Nos plantamos con una maqueta en su despacho porque DRO era la compañía de los grupos que se escuchaban en Radio3 y Radio España, nuestras emisoras preferidas. Nos dijo que no la moviéramos más, y esa misma tarde nos llamó para ficharnos”.

Antes del notable largo Viva Corrales (1988), DRO les editó un mini álbum de seis canciones, entre ellas quizá dos de las más emblemáticas: OK, Nastassia Kinski (“nos tenía a todos fascinados por Paris-Texas, pero trata de la ensoñación de un adolescente”) y Rosa’s motel: “Le da vueltas a cierta hipocresía política, y se hizo más famosa luego, cuando la grabó Coque Malla. De hecho, hay gente que cree que es de él, pese a que siempre lo aclara en los conciertos y nos suelta piropos”. Con la conexión con Los Ronaldos hemos topado: “Coque y mi hermano [el actor Alberto San Juan] son siete años más pequeños que yo, y ya cuando registramos la primera maqueta participaron en los coros. Nuestro saxofonista en Las Ruedas era Miguel Malla, el hermano mayor de Coque, y este siempre estaba por allí tomando apuntes”. De hecho, resulta asombroso el parecido de la voz de Coque con la de Pedro en algunos temas. “Nos tenía una admiración muy sana, y nuestro guitarrista, Claudio Casas, le enseñó a tocar. La influencia se nota mucho sobre todo en el primer álbum de Los Ronaldos”.

San Juan pretende estrenar en disco en febrero un nuevo proyecto, Banda Embrollo: “Con arreglos más sofisticados, alineación muy similar a la actual de Las Ruedas y la suma de Artemio, el primer batería de Los Enemigos”. Por supuesto, desde la independencia: “Vamos a crear un sello para sacarlo a medias con el dueño del estudio de Torrejón donde lo estamos grabando”. Otro técnico de sonido, Michel Martín, fue el que devolvió en 2011 a Las Ruedas después de mucho a un estudio (su último disco salió en 1993), con vistas a un próximo largo: “Nos propuso hacer de sparrings para sus alumnos: ellos aprendían lo que era una grabación y nosotros registrábamos canciones. Casi todas recientes, menos una que tenía en un cajón desde finales de los noventa, Vamos a cambiar la capital: me pareció que venía al pelo”.

Las Ruedas actúan hoy a las 22:30 en la sala Ego Live de Alcalá de Henares