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Un ilustrador del costumbrismo

El Museo de Bellas Artes exhibe 71 obras de García Ramos en el centenario de su fallecimiento

'Malvaloca, 1912'.
'Malvaloca, 1912'.

En el centenario de la muerte de José García Ramos (Sevilla, 1852-1912) la ciudad que le vio crecer como pintor, ilustrador y dibujante le rinde homenaje con una muestra con 71 de sus obras, algunas de ellas nunca expuestas, en el Museo de Bellas Artes. La exposición ofrece un recorrido por tres etapas del artista: Inicios del artista. Entre Sevilla y Roma, Sevilla sobre lienzo y papel y El periodo final,  en los que se analizan los principales estilos que el pintor fue desarrollando a través de dibujos, carteles de feria y pinturas.

La biografía pictográfica del artista sevillano estará expuesta hasta el 5 de mayo y después pasará a entrar en el circuito de Los museos viajan. Esta idea surge con la intención de que la muestra "vaya a otros museos, como el Bellas Artes de Granada o el Museo de Cádiz para el uso y disfrute de lo que poseemos", aclaró el consejero de Cultura, Luciano Alonso.

La colección que se exhibe, comisaria por Fernando Panea Bonafé, la componen 71 piezas de los fondos del museo. De ellas, 55 son originales de García Ramos: 41 dibujos, 11 lienzos y 3 oleos, que en realidad son originales de cartel; el resto son 16 piezas de otros autores, como José Jiménez Aranda. En la exposición es difícil destacar alguna de las obras, pero la directora de la pinacoteca, Valme Muñoz, ha remarcado varias por el contexto de creación y estilo, como el cartel de la feria de 1912, último que realizó antes de fallecer; Baile por bulerías (1884), de la segunda etapa del artista, o algunos de sus primeros dibujos, que realizó en su mayoría en Roma.

Inicios del artista. Entre Sevilla y Roma, es la primera etapa que se puede ver en el Bellas Artes. En ella, se muestran obras de maestros que determinaron los antecedentes pictóricos y estilísticos de García Ramos, como Cano de la Peña, y otras piezas que realizó cuando se trasladó a Roma en 1872 para completar su formación.

"Es su etapa de plenitud como artista", resaltó Muñoz, que fue cuando García Ramos volvió a sus orígenes, es el principal ejemplo de su estilo, con dibujos llenos de luz y color y una temática más centrada en reflejar las gentes y las costumbres sevillanas, de ahí el nombre de la segunda etapa Sevilla sobre lienzo y papel.

El artista que se consagró como costumbrista se ve más claramente en las piezas que componen la tercera parte de la muestra, Periodo final. Seguidores de un estilo. Un retrato que le hizo Alfonso Grosso, uno de sus discípulos y representante de la generación inmediata a García Ramos; el cuatro de Malvaloca de 1912 y los carteles de la feria de Sevilla de 1906, 1907 y 1912, son parte de las joyas de la exposición que rinde homenaje al artista, al pintor, al ilustrador y al dibujante sevillano.

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