_
_
_
_

El Instituto de Cardiología se empieza a desmantelar ante su cierre inminente

El viernes se dio de alta a los pacientes que quedaban: las 38 camas ya están cerradas

Elena G. Sevillano
Instituto de Cardiología, en la Facultad de Medicina de la Complutense
Instituto de Cardiología, en la Facultad de Medicina de la ComplutenseCARLOS ROSILLO

Las habitaciones, vacías. Los controles de enfermería, también vacíos. Ya no hay pacientes que atender en la quinta planta del Instituto de Cardiología, el primer hospital madrileño que cierra un Gobierno del Partido Popular. Esta planta, renovada recientemente para dotar de aseos a todas las habitaciones, ya no tiene actividad. Hace unos días el hospital dejó de aceptar nuevos ingresos. El viernes los últimos pacientes hospitalizados fueron dados de alta. A falta de otra tarea, enfermeras y auxiliares empaquetaban ayer el material, pese a que nadie les ha ordenado que lo hagan. “Por si acaso. No vamos a dejar las cosas esparcidas por ahí”, decía ayer una de ellas.

El Instituto de Cardiología es la primera víctima de los recortes sanitarios en el Presupuesto regional para 2013. El año pasado tenía asignados 8,7 millones de euros. El próximo, cero. Su partida presupuestaria, la 772, ha desaparecido. Antes del 31 de diciembre todo estará desmantelado. La Consejería de Sanidad abandonará el edificio, situado en uno de los pabellones de la Universidad Complutense, junto a la Facultad de Medicina, y trasladará a los profesionales con plaza fija al Hospital Clínico. Los interinos y eventuales, más de 60 personas, no saben si tendrán trabajo el 1 de enero. Se enteraron del cierre el 2 de noviembre mediante una carta del gerente. Si el plan del Gobierno regional sigue adelante, en apenas dos meses el hospital, que llevaba en funcionamiento 65 años, habrá pasado a la historia.

Es el primer hospital que cierra en Madrid en años

Las 38 camas de hospitalización recién cerradas son la primera señal, y la más visible, del proceso de liquidación del centro, pero no la única. El quirófano del hospital, que hasta ahora se utilizaba para intervenir a los pacientes de Dermatología del Clínico, deja de operar el 10 de diciembre, según señala una comunicación oficial del gerente a la que ha tenido acceso este diario. En una reunión entre la gerencia del Instituto de Cardiología y el Clínico se acordó “suspender el envío de pacientes para cirugía dermatológica” el 10 y de ingresos hospitalarios desde el 1 de diciembre, “ya que \[el Clínico\] no podría hacerse cargo de las guardias médicas”.

El servicio de Rehabilitación Cardiaca, donde también se han hecho mejoras en los últimos años, ya nota el cierre inminente. Los pacientes que acudían en turno de tarde —en muchos casos, personas que tras sufrir un accidente cardiovascular habían podido volver a su trabajo y compaginarlo con la rehabilitación— han visto suspendidas sus sesiones. Son unos 70, según fuentes del centro. A la espera de ver qué sucede en enero, el mes de diciembre, por tanto, lo pierden. El gimnasio cuenta con 18 bicicletas estáticas y una cinta para correr.

No acudir a Urgencias

E. G. S.

El Colegio de Médicos de Madrid pidió ayer a los ciudadanos, en un comunicado público, que solo acudan a los centros sanitarios, especialmente a las urgencias, en caso de “estricta necesidad” para no aumentar la “insostenible sobrecarga asistencial” que acumulan algunos servicios tras cinco jornadas de huelga indefinida de los médicos y dos (lunes y martes pasado) de todas las categorías sanitarias, que vuelven a repetirse hoy y mañana. El Colegio, que la semana pasada acogió una multitudinaria asamblea convocada por la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (Afem), ha solicitado una reunión a la Consejería de Sanidad para ofrecer un “diálogo constructivo” y tratar de desbloquear la situación.

El seguimiento de la huelga descendió ayer ligeramente, según la Consejería, pero también según Afem, aunque sus datos discrepaban como es habitual. Los profesionales de Atención Primaria entregarán hoy en la Consejería las 7.500 firmas recogidas entre profesionales de los centros de salud contra el plan del Gobierno regional.

El cierre del Instituto de Cardiología no figura entre las medidas que recoge el Plan de Medidas de Garantía de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público que ha levantado en armas a la comunidad sanitaria madrileña. No ha sido anunciado oficialmente; el Gobierno regional solo ha hablado de él cuando los medios de comunicación han preguntado. Sus responsables no hablan de cierre, sino de “integración” en el Clínico. Y pese a llevar décadas calificándolo como hospital en todo tipo de documentos oficiales, desde que se conoció su clausura, el Gobierno asegura que no lo es. Llegó a modificar la web oficial para eliminar la palabra hospital de todos los textos el mismo día en que este diario publicó que iba a cerrarlo.

El centro cuenta con 38 camas, un quirófano, consultas de Cardiología (holter, ecocardiograma...), laboratorio, lavandería... Hizo 2.400 intervenciones quirúrgicas en 2011, según la memoria del centro. El año pasado atendió también más de 10.400 consultas y realizó casi 6.000 ecografías cardiacas con una lista de espera de un mes, frente a los ocho meses que se tarda en otros sitios, según fuentes del centro.

La Consejería de Sanidad continúa asegurando que “no se cierra, sino que se traslada al Clínico, donde seguirán siendo atendidos sus pacientes”. Sin embargo, este diario ha comprobado que a los pacientes se les remite a su médico de familia para que este los derive al cardiólogo de zona que les corresponde, con lo que vuelven a entrar en lista de espera.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_