Un ‘Lobo López’ con pedigrí llega a Valencia
Kiko Veneno actúa en el Principal tras ganar el Premio Nacional de Músicas Actuales El cantante está de gira por el 20 aniversario del disco 'Échate un cantecito'
La vitalidad y el entusiasmo de Kiko Veneno no parece aceptar ningún momento de descanso. A pesar de que su famoso Lobo López aullara hace dos décadas, él lo ha recuperado este año y ha programado una gira de aniversario del mítico disco Échate un cantecito (Ariola, 1992). Este sábado, 1 de diciembre, recalará en el teatro Principal de Valencia.
"Es un momento de gran felicidad", explica un día después de ser galardonado con el Premio Nacional de Músicas Actuales. Un premio que reconoce toda la trayectoria del artista que empezó a vivir de la música gracias al álbum que ahora interpreta. "Fue un salto importante. Era una grabación más clásica, más comercial", recuerda. "Yo tenía 40 años y viví la repercusión de lejos", continúa. "Quizás ayudó que no se vendiera tanto y así siguiera con la ilusión".
Para Kiko Veneno -nacido hace 60 años como José María López Sanfeliú (Figueres, 1952)- la clave sigue siendo disfrutar de cada momento y mantenerse "fresco". Por eso, aquellos temas de extrarradio que mezclaban estilos sin caer en lo étnico (y que algunos críticos calificaron como un cambio de rumbo de la música española) siguen gozando de una vigencia abrumadora. "En los ochenta había un liberalismo a ultranza que contaba con la complicidad de toda la sociedad", rememora. "Era un momento ascendente. Ahora vamos hacia abajo. No sabemos adónde nos dirigimos y no tenemos quién nos defienda", responde indignado.
Para él, que pensó en retirarse antes de concebir el disco, la estabilidad le llegó gracias a "hablar de cosas reales", como el personaje de Joselito, un habitual en su bar de Conil (Cádiz). Porque el creador de El Pueblo Guapeao venía fogueado como flamenco (colaboró en La leyenda del tiempo, de Camarón) y como impulsor de Veneno, una apuesta "muy revolucionaria" junto a los hermanos Raimundo y Rafael Amador. "El éxito le llegó tarde, a lo largo de los ochenta", lamenta, "pero era algo muy subversivo, muy punki".
Con media docena de grabaciones posteriores y un reciente Dice la gente (2010), este artista cañí tan cosmopolita retoma sus "canciones de yerro y cromo" para pasarse por Valencia. Algo que, como el mundo, se convierte en una tontería si no te das cuenta de lo que vale.
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