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Una apuesta fuerte ganada gracias al ‘enemigo’

La jugada le ha salido redonda al PSOE con la colaboración inesperada del PP

Javier Martín-Arroyo

La intrahistoria de la comisión de los ERE está marcada por las tensiones entre PSOE e IU, socios de Gobierno en la Junta pero con posturas enfrentadas desde que la comisión nació hace cinco meses. Ha sido una partida de cartas en la que el PSOE ha apostado siempre muy fuerte, pero donde se ha visto obligado a ceder terreno dada la intransigencia de su socio, que ha tenido la llave de las decisiones al compartir la censura del fraude con el PP. Esa cesión de terreno se ha visto durante el desarrollo de la comisión, pero al final, la jugada le ha salido redonda al PSOE con la colaboración inesperada del PP.

Nada más constituirse la comisión surgió el interrogante de los comparecientes y el PSOE dejó claro que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, no debía acudir. Enrocada, Izquierda Unida mantuvo que pediría sus aclaraciones como exconsejero de Hacienda, y ante la exigencia fue el propio Griñán quien dio el paso adelante para mostrar su disposición a despejar dudas ante los diputados de la comisión. Durante su comparecencia, el presidente aguantó el tipo y cargó contra la Intervención General por no haber emitido un informe de actuación que según él habría supuesto una alerta de menoscabo de fondos. Y finalmente el dictamen de la comisión reafirmará la condena al ex interventor general Manuel Gómez, pese a sus tres escritos de defensa con los que intentó convencer a los diputados.

Antes de ocupar sillones en la Junta, IU cargó durante años contra la corrupción destapada en el caso de los ERE. Sin embargo, desde su entrada en el Gobierno, las críticas de la coalición de izquierdas se llenaron de matices y sus dirigentes fueron mucho más meticulosos al acusar a los dirigentes socialistas sobre el conocimiento o falta de diligencia para frenar el fraude. El giro de timón lo escenificó el vicepresidente Diego Valderas, que tras pedir la dimisión de la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, cuando estaba en la oposición, pasó a definirla como una persona “honesta” ya en el Gobierno.

La tensión PSOE-IU ha durado hasta el final y despejada la incógnita de Viera, que sale indemne, ahora el interrogante es si la fractura entre IU y los socialistas afectará a su pacto de Gobierno. Está por ver si la patente decepción de IU ante este resultado bloqueará futuras comisiones de investigación parlamentarias, pero sobre todo si el PP volverá a pedirlas después de echar por tierra sus propias convicciones en el dictamen de los ERE.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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