El 14-N deja sentir su peso en la calle
Piquetes e indignados recorren el centro de la ciudad, tomado por la policía. La huelga paraliza la industria y se sigue masivamente en el transporte público.
El peso de la protesta en Madrid estuvo ayer en las calles. Y se notó muchas horas antes del inicio de la masiva manifestación que discurrió por la tarde entre Atocha y Colón y derivó en carreras, cargas policiales, contenedores quemados por radicales y al menos una decena de detenidos. El centro de Madrid amaneció ayer ya blindado por la policía.
El cogollo comercial que engloba desde la Puerta del Sol a la Gran Vía es el tradicional termómetro de la huelga del comercio. Las grandes cadenas como El Corte Inglés o Zara abrieron sus establecimientos en medio de una fuerte presencia policial. Sin embargo, la mayor parte de los comercios de la Gran Vía, principal recorrido de los piquetes, cerró sus puertas y solo las comenzó a abrir tímidamente a partir del mediodía, aunque incluso después de esa hora casi todos permanecían con el cierre echado.
La policía cortó durante la mañana, en distintos momentos, la Gran Vía. Los piquetes increparon a los comerciantes que trataban de abrir sus negocios en Sol. Los incidentes, casi todos menores, se sucedían.
“Han querido convertir a Madrid en escenario de un conflicto de orden público, por lo que tiene de escaparate”, dijo en su comparecencia al mediodía Ignacio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras. “Todos los focos están en los posibles incidentes que puedan producirse en el centro de la capital, para desanimar a la gente a participar en las manifestaciones”.
La protesta de huelguistas, estudiantes e indignados en general, después de sortear varios cordones policiales desplegados por el centro, se dirigía al mediodía al hospital de La Princesa, otro de los focos simbólicos de la protesta. Al llegar a Cibeles, hacia las dos de la tarde, comenzaron las cargas policiales en el entorno de la plaza, a las que los más radicales contestaron con el lanzamiento de petardos y macetas. Los disturbios se saldaron con dos detenidos y 15 heridos, nueve manifestantes y seis agentes, todos de carácter leve. Antes de comenzar la manifestación de la tarde había 36 detenidos y 25 heridos en la región.
La huelga general del 14-N tuvo en Madrid un seguimiento mayoritario, aunque sensiblemente menor al de otros paros generales recientes. La industria paró masivamente. Los metros y autobuses circularon respetando los servicios mínimos. En los hospitales, la huelga quedó engullida por la marea blanca de protestas contra los recortes del Gobierno regional, que tiene en pie de guerra a los profesionales de la Sanidad desde el 31 de octubre. Telemadrid se fundió en negro. Los camiones apenas llegaron a Mercamadrid. Los alumnos cambiaron masivamente las aulas por la calle. Un grupo de actores y técnicos, entre ellos Guillermo Toledo y Alberto San Juan, protagonizó un encierro la madrugada de ayer en el Teatro Español. Los Museos abrieron casi con normalidad (el Reina no pudo abrir dos exposiciones temporales), los teatros cerraron. Y, como siempre, la guerra de cifras. Los sindicatos hablaron de un respaldo de la huelga en Madrid del 78%; el Gobierno regional sostiene que el 70% de los trabajadores de la Comunidad acudió a trabajar.
Información de Pilar Álvarez, Ramón Muñoz, Elena G. Sevillano, Tono Calleja y F. J. Barroso.
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