Un empresario “en paradero desconocido”
Miguel Ángel Flores, promotor de la macrofiesta en el Madrid Arena, ha sido condenado por tres juzgados
MAF, Miguel Ángel Flores, es el principal responsable de la empresa Diviertt, la organizadora de la fiesta de Halloween celebrada en el Madrid Arena en la que la semana pasada fallecieron cuatro jóvenes, una de ellas menor de edad. Una quinta chica permanece en estado grave pero estable en la UVI del hospital Fundación Jiménez Díaz. Pese a todo el revuelo creado alrededor del evento, hasta la fecha Miguel Ángel Flores no ha sido acusado ni por la policía ni por el juez que instruye el caso, aunque recientemente el propio Ayuntamiento de Madrid ya ha anunciado su intención de denunciarle por “mentir sobre el aforo”. Según el Consistorio, Flores le había comunicado que al concierto iban a acudir entre 4.000 y 6.000 personas, por lo que el alquiler abonado al Consistorio sería de 12.000 euros, teniendo que reconocer al final una cifra muy superior.
Hasta el momento ha declarado en dos ocasiones ante la policía como testigo del caso Madrid Arena, saliendo después libre y sin cargos. Algo que sus detractores consideran “muy normal”, pues atribuyen a este empresario ciertas dotes de escapismo o, lo que es lo mismo, que sabe salir bien parado de las situaciones más embarazosas gracias a sus contactos, que sitúan en el mundo de la política y de la propia policía. Fuentes cercanas a Flores rechazan estas acusaciones, pues consideran que solo tratan de perjudicarle de cara a la investigación judicial que se deriva de la tragedia de la fiesta del Madrid Arena.
El informe policial, en el que se argumenta que el aforo estaba “sobradamente sobrepasado”, contradecía la versión de la sociedad de Flores, que indicaba que el público del Madrid Arena no había sobrepasado las 10.000 personas.
Flores, que encabeza un grupo de empresas que posee el control de siete salas de fiesta de Madrid, entre las que se encuentra Macumba, y otra en Ecuador, acumula también un sinfín de multas y reclamaciones de la Seguridad Social y de Hacienda.
Un vanguardista polémico
Miguel Ángel Flores fundó la discoteca Macumba en 1994, que ha obtenido numerosos premios a nivel nacional, pero también muchas denuncias por ruido. Desde entonces este empresario se ha mantenido en la vanguardia del negocio de la noche madrileña.
Pero la predilección de algunas personas del Ayuntamiento de Madrid, según empresarios rivales, contrasta con el reguero de sentencias e impagos protagonizados por las empresas de Flores. Una de ellas, Fun System Modern S. L, fue objeto en 2009 de dos multas procedentes del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, por un valor de 6.000 y 13.200 euros, que meses antes había cerrado por exceso de ruido las salas de fiesta Macumba y But. Fuentes municipales explicaron entonces que el cierre se debía a las numerosas quejas por exceso de ruido, pero también por no disponer de licencias de funcionamiento, pese a que el local permanecía abierto desde 1994.
Pero además de salas de fiesta o discotecas, Flores también ha hecho negocio con el colectivo gay madrileño, organizando el festival InfinitagayWeek. En este sentido, el magistrado del Juzgado de Primera Instancia número 16 de Madrid, Francisco Serrano Arnal, condenara a Flores y a su empresa Fun System Modern S. L. a pagar 24.000 euros a Mariana Andrea Malacarne y Carlos Ramsés Pérez Gallego, los componentes del grupo musical Mechanical Girls.
Lo más llamativo de esta sentencia no es que el juez condenara en primera instancia a Flores por daños morales al publicar unas fotografías del grupo, sino que Flores y su empresa no acudieron al juicio, por lo que acabó siendo declarado “en rebeldía y en paradero desconocido”, según argumenta la sentencia.
En 2006, una empresa que se encargaba de suministrar bebidas demandó a la sociedad Kemashita, de la que Flores es administrador único. El Juzgado de Primera Instancia número 38 de Madrid le condenó a pagar 21.855 euros. Dos años después, en 2008, el Juzgado de Primera instancia número 3 de Arganda del Rey decretaba el desahucio de una nave, al no abonar una deuda de 1.300 euros.
Incluso con la reapertura de la discoteca Alcalá 20 protagonizó una agria disputa con el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, consiguiendo al final imponerse a la prohibición del Consistorio, que tuvo que replegarse tras una decisión judicial. De todas estas situaciones Flores ha logrado salir indemne, manteniendo en todo momento su buen cartel en el Consistorio que puso en sus manos el Madrid Arena.
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