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Euskadi empeora por el frenazo de la UE

La ralentización de los principales mercados complica el panorama para el futuro Gobierno de Urkullu, que tendrá que priorizar la incentivación del consumo

Pedro Gorospe
Un grupo de pensionistas y personas en paro ocupan una oficina de Lanbide en Bilbao.
Un grupo de pensionistas y personas en paro ocupan una oficina de Lanbide en Bilbao.TXETXU BERRUEZO

Euskadi ha aguantado hasta ahora la crisis mejor que el resto de España, pero en los últimos meses se está acercando al escenario nacional a marchas aceleradas. Además de elaborar un presupuesto inevitablemente restrictivo, el próximo Gobierno de Iñigo Urkullu deberá tomar decisiones inmediatas para incentivar el consumo en un escenario de subidas de precios, empujados por el alza del IVA, y clara caída del poder adquisitivo de las clases medias. Precisamente, las que habían logrado elevar la renta per cápita vasca por encima de la media tanto española como de la UE. El frenazo económico de Europa está acabando de complicar la situación de Euskadi.

El creciente desempleo y la paralización de la negociación colectiva como medio de redistribución de las rentas, junto a la carestía y el progresivo encarecimiento del IRPF, está empobreciendo a los asalariados y retrayendo aún más el consumo. Para complicar el panorama, las incertidumbres están destruyendo el tejido industrial —colchón de Euskadi hasta ahora para aguantar la crisis—, el comercio se hunde y los emprendedores, que no encuentran ni financiación ni mercados, se agotan.

El último informe de la Dirección de Economía vasca concluye que el componente de la demanda que mostrará en 2013 peor evolución será la doméstica. El actual ejercicio se cerrará, según sus previsiones, con una caída del PIB del 1,2% interanual, y, aunque en 2013 se frenará ligeramente el descenso, la tasa se quedará en el -0,8%.

El Ejecutivo deberá afrontar un paro y un empobrecimiento crecientes

El Gobierno teme que el consumo privado se hundirá por el efecto de las políticas de ajuste del Ejecutivo central, especialmente la subida del IVA, y la mala situación del mercado laboral, que limitan la renta disponible de las familias e imponen mayor prudencia en las decisiones de gasto. Además, el ajuste presupuestario condicionará el consumo de las Administraciones públicas. Finalmente, la formación bruta de capital, es decir, el ahorro o la inversión, también sufrirá decrecimientos muy importantes por el contexto de apatía económica y los fuertes desequilibrios en los sectores inmobiliario y financiero.

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Con 120.600 parados (una tasa del 11,8%) en el tercer trimestre del año y la previsión de cerrar 2012 con una ratio del 12,3%, el total de empleos perdidos el presente ejercicio subirá a los 23.000 y no parará. El mismo informe de la Dirección de Economía apunta que el año entrante se perderán otros 15.000 empleos hasta llevar la tasa de paro al 12,9%, en función de cómo evolucione la población activa. Y eso con los datos de la Encuesta de Población en Relación con la Actividad (PRA) que elabora el Eustat. Con otro método estadístico, la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, la más usada en España para medir el desempleo, arroja para Euskadi en el tercer trimestre 157.700 desempleados (un 15,48%).

Economía prevé la pérdida de 38.000 empleos más entre este año y 2013

Los partidos lo han dejado claro en la reciente campaña electoral: la prioridad es la economía. La duda es saber qué recetas van a aplicar para enderezar los parámetros de una industria muy sensible hoy a la atonía de los mismos mercados europeos y emergentes que han salvado a Euskadi hasta mediados de año.

El PNV ha acabado por asumir que deberá afrontar una reforma fiscal para obtener más recursos. Es una manera de reconocer el fracaso de las Diputaciones para suministrar fondos al Gobierno y a los Ayuntamientos, pero aún no ha dado pistas de cómo lo hará, si optará por un modelo que grave más a las rentas altas o seguirá la estela de Rajoy de subir el IRPF y los impuestos indirectos.

El mayor problema es dar con la chispa que encienda la economía. Con una recaudación tributaria similar a la de hace una década y un ritmo de destrucción de empresas que asusta a las Cámaras de Comercio e Industria y las patronales, el problema es que no hay mercados en una recesión global.

Si la crisis de los ochenta y los noventa se solucionó con fuertes reestructuraciones de plantilla y reconversiones industriales, ahora Euskadi ya no depende de sí misma, sino de terceros e incluso cuartos. Y cuando esos terceros, como Alemania Francia o Reino Unido, se ralentizan, Euskadi casi se para. La mayoría del empleo que se destruye en la actualidad —25.100 empleos menos en total en el último trimestre, según la EPA— es el industrial, pese a que Euskadi cuenta con el sector mejor preparado, más competitivo e internacionalizado de España.

Más problemas. El Ejecutivo de Urkullu dispondrá de unos mil millones menos para gastar. La caída de la recaudación y el ajuste del déficit del 1,5% del actual ejercicio al 0,7% de 2013 van a mermar recursos públicos en un contexto de paralelo aumento del gasto social. Los perceptores de ayudas sociales se acercan a los 60.000, con un coste en aumento que este año asciende ya a 256 millones de euros y cada vez más perceptores que hace apenas un año disponían de poder adquisitivo.

Aunque el endeudamiento de Euskadi se ha disparado de los 990 millones de 2008 a los 7.095 de este año, la carga financiera resulta mucho menor que en la pasada década y es menos gravosa que la de las Diputaciones.

El sistema foral está provocando que los vascos no sean iguales en deberes. Falta por saber si lo serán en derechos ante las tensiones provinciales que se avecinan. El hecho de que cada Diputación sea competente para regular los principales impuestos directos ha motivado que los contribuyentes tengan diferente presión fiscal según dónde vivan.

No es la única tensión diferencial. Euskadi suma unos 100.000 empleados públicos entre los 70.300 del Gobierno vasco, los 19.600 de los Ayuntamientos y los 10.300 de las Diputaciones, para un territorio de apenas 2,2 millones de personas. No cobran salarios coherentes. Cada Administración tiene convenios propios negociados en muchas ocasiones con criterios políticos.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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