El Hermitage pidió 500.000 euros para abrir en un museo en Alicante
¿Quién pagará la llegada del Hermitage a Barcelona? Esta es la principal incógnita del proyecto estrella que dejó la visita oficial del presidente catalán, Artur Mas (CiU), a Moscú. La Generalitat recalca siempre que se trata de una iniciativa privada y el Ayuntamiento dice que no contribuirá económicamente. Sin embargo, el intento frustrado de que el centro ruso abriera una sala de exhibición permanente en el Museo Arqueológico Provincial de Alicante (Marq) el año pasado sienta un mal precedente. La dirección del museo pedía 500.000 euros al año para ceder fondos, según el expresidente de la diputación de Alicante Joaquín Ripoll (PP).
El Marq y el museo de San Petersburgo, según explicó ayer Ripoll a este diario, firmaron un acuerdo por 400.000 euros para traer 500 piezas a Alicante, un recorrido entre el Paleolítico y el siglo XVI. La colección del centro ruso de piezas antes del medioevo temprano asciende a dos millones de objetos. El acuerdo entre los centros también incluyó una asesoría técnica por parte del museo ruso, según el expresidente provincial.
Mascarell y Pallarés
La buena sintonía entre las partes llegó a que en marzo de 2011, durante la presentación de la exhibición en Madrid, Ripoll anunciara las negociaciones formales para que el Marq albergara una sala de exposición permanente. En el acto estaba el comisario del Hermitage, Georgiy Vilinbajov. Sin embargo, los rusos pidieron 500.000 euros al año para tirar adelante, según publicó ayer La Razón.
Los encuentros se desarrollaban en el marco del año dual España-Rusia. “El embajador de Rusia sabía que estábamos trabajando en el acuerdo y el Hermitage estaba buscando dinero para arreglar sus instalaciones”, agregó Ripoll. En mayo de 2011, el director del museo, Mijaíl Piotrovski, anunció que se necesitan 400 millones de euros para realizar las mejoras necesarias para que “el orgullo de Rusia” celebre sus 250 años en 2014.
Curiosamente, casi un año después del no al proyecto de Alicante, un inversor privado que quería abrir una franquicia del Hermitage llamó a la puerta del Puerto y del Departamento de Cultura. El consejero Ferran Mascarell, el inversor Ujo Pallarés y Piotrovski se reunieron el pasado 2 de abril, según una carta enviada por la Generalitat.
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