“Cantar una ópera es un acto de valentía”
La soprano valenciana Isabel Rey celebra sus 25 años en los escenarios con una gala de reafirmación en el teatro de la Zarzuela. La cita es el miércoles
Todo comenzó en Bilbao. El segundo premio de un concurso le permitió a una jovencísima soprano valenciana llamada Isabel Rey subirse a las tablas. En el programa de mano, La sonámbula,de Bellini. Después de Bilbao vino Madrid y, poco a poco, en su pasaporte se fueron sumando los grandes teatros de Europa. El miércoles la soprano celebra 25 años de aquella noche en el teatro de la Zarzuela, sin dejar de mirar hacia delante: “Soy adicta a aprender”, dice.
Isabel Rey tenía 23 años cuando llegó a Zúrich para demostrar la valía de las sopranos españolas. Nada más llegar cantó Rigoletto, Las bodas de Fígaro y Romeo y Julieta. Iba a estar tres años y se quedó 21 como artista residente. “Hice primeros papeles, y eso que allí no me conocían de nada, pero se atrevieron. Hace un año abandoné Zúrich. Estaba en el mejor momento de mi carrera y creí que era la hora de empezar un ciclo en solitario”, explica la soprano.
Durante sus años en Zúrich, donde se consolidó como cantante, cultivó mucho Mozart, por lo que algunos se atreven a encasillarla como cantante mozartiana. “Supone un 20% de todo lo que he hecho. Si solo hubiera cantado Mozart, habría dejado de cantar hace tiempo. Me gustan los retos, no me dan miedo: hacer cosas distintas es lo que te ayuda a entender la vida”, explica Rey.
Una de sus mayores virtudes es que no puede estarse quieta: del ganchillo al buceo, pasando por bailar “ahora que en los locales no se puede fumar y no me afecta a la garganta”. “Subirse al escenario a cantar una ópera es un acto de valentía. Pero no soy una diva: No podría salir a escena sin el trabajo de los tramoyistas, los iluminadores, la orquesta, los utilleros…”, comenta la soprano.
Para el concierto de este cuarto de siglo sobre las tablas, Rey ha elegido las Canciones de la Floresta, de Antón García Abril, que han sido orquestadas exclusivamente para ella; Mysteria,<CF> de Tomás Marco, y una obra ya habitual en el repertorio de la Orquesta de la Comunidad de Madrid: las Canciones populares españolas de Falla. En la segunda parte, habrá fragmentos de zarzuela, un género que adora. “La zarzuela es la opereta de los germánicos, tiene una entidad muy importante. Debería ser tratada con más cariño y que se viera a las grandes voces cantándola. Yo no he hecho nunca zarzuela en teatro, pero lo estoy deseando”, dice.
En 25 años da tiempo a muchas anécdotas, de las que dice que “podría escribir un libro”, pero recuerda entre risas cuando en 1992, interpretando el Capriccio de Strauss en el papel de cantante italiana, se le abrió la costura del vestido palabra de honor por el escote. Rey ha cantado con Alfredo Kraus, Jonas Kauffman, José Bros, Cecilia Bartoli o Josep Carreras. La última espinita: ser profeta en su tierra y cantar ópera en Valencia ante sus paisanos.
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