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Neil Hannon: “Otros grupos ganaron la batalla; yo, la guerra: sigo aquí”

El líder de The Divine Comedy actúa este viernes en Temporada Alta y el sábado en el Casino L’Aliança

Neil Hannon, durante una actuación televisiva.
Neil Hannon, durante una actuación televisiva.

Neil Hannon (Londonderry, 1970) es un hombre fino. Por su aspecto y por su afilado sentido del humor. A este bardo post-moderno le han llegado a comparar con Burt Baccarach, con Jarvis Cocker o con los mismísimos Abba. Eso prueba que es un artista heterodoxo y que el cancionero de The Divine Comedy, por donde han pasado muchos músicos, es difícil de clasificar. Llega a Cataluña para defender su, hasta ahora, último trabajo Bang Goes the Knighthood. Tiene un directo mágico.

Pregunta: Los carteles anuncian “una velada con Neil Hannon”, ¿y en qué consiste la cita?

Respuesta: Llevo tres años tocando solo. Ustedes me podrán ver acompañado de un piano y de una guitarra. Tocaré mis canciones. Quizás el espectáculo sea un poco más espontáneo. Es más yo mismo. No sé si les aburriré o no, pido excusas por adelantado [ríe]. Lo cierto es que las canciones suenan más desnudas, que es como vinieron al mundo. Yo los discos los enfoco en base a las canciones que tengo, que son las que tienen personalidad. No busco una idea de disco que luego tenga que llenar con canciones.

P: En cualquier caso el objetivo de sus composiciones es emocionar.

R: Crear emociones, despertar emotividad, debe ser el objetivo de cualquier canción. Si puede resultar más o menos divertida la letra de una canción no es porque sí, si no que debo contarlo de esta manera para ser real.

P:
¿La clave para emocionar es escribir canciones tristes entonces?

R:
Es más duro de lo que parece escribir una canción. A mi me cuesta. Además soy un tipo optimista y bastante feliz. ¿Qué le puedo hacer? Usas fórmulas para llegar a poder fabricar la canción. Por ejemplo, A lady of a certain age es la historia real de un personaje compuesta por muchas historias de gente que conozco. Y créame, no es nada divertido.

P: ¿Ya no se divierte con la música?

R:
A ver, amo profundamente escribir canciones y también actuar en vivo. Soy afortunado, mi hobby ha acabado siendo mi trabajo. ¡El problema es la vida real! [Ríe] Pero son las pequeñas cosas, esos tópicos si quiere, las que te hacen realmente feliz: tener hijos, pasear,... pequeños placeres.

P:
Usted a veces se complica la vida con la canciones, con muchos arreglos de cuerda, aparecen cuernos. ¿Cómo lo hará en directo?

R: Voy a confesar algo. A mi todos estos arreglos no me gustan. Tengo demostrado que cuando más complicado sea el arreglo que haces en el disco más caro es hacerlo en directo. [Ríe] Así que sale carísimo.

P: Por eso a Cataluña llega casi con lo puesto.

R:
No me tire de la lengua

P:
Uno de los elementos frecuentes que salpimentan su carrera es la fascinación por la música francesa y la colaboración con algunos de sus artistas. ¿A qué se debe?

R: No sé si todo lo que me pasa con Francia es una gran coincidencia. Al principio de mi carrera trabajé allí. Disfruto mucho en ese país, con su cultura, con su música. Me encanta Serge Gainsbourg, Edith Piaf, Jacques Brel,... Bueno, quita a Brel porque era belga. Otra cosa es que para el público francés lo que yo hago entre bien. Hago letras muy poco complicadas a lo mejor, pero para mi son importantes. Quizás al ser canciones con un inglés fácil sea más práctico de escuchar en territorios de habla no inglesa.

P: ¿Conoce algo de la escena pop rock en Cataluña o España?

R: No. No sé nada. Pero vaya tampoco sé nada de los que está pasando en Reino Unido. No me alejo demasiado de unos cuantos locales del centro de Dublín. Tengo 42 años, no doy para mucho más. ¡Dejénme vivir! [Vuelve a reír].

P:
¿Qué fue del ‘brit-pop’? ¿Existió realmente como movimiento musical o fue solo marketing?

R:
Cualquier cosa de la que se habla solo existe en el recuerdo de la gente. Sí se puede decir que hubo retroalimentación, o influencia, entre las bandas. Con el ‘brit-pop’ funcionó como eso. Las otras bandas vendieron muchos más discos que yo. Disfruté la vida de estrella del pop unos pocos años, pero me encantó. Ellos ganaron la batalla quizás, pero yo gané la guerra porque todavía sigo aquí.

P:
¿Pesa mucho llevar la mochila de The Divine Comedy? ¿Como se plantea el futuro?

R:
Tengo que olvidar lo hecho con The Divine Comedy. Porque si te quedas anclado en algo no puedes avanzar. La gente es muy amable en acordarse de la banda, lo agradezco. Ahora trabajo con Thomas Walsh, de la banda irlandesa Pugwash, para hacer nuestro segundo álbum basadso en el cricket. Nos encanta ese juego, tiene toda una cultura detrás que hay que conocer para entenderlo y amarlo.

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