Recreación de una leyenda

Sebastián Roa habla de "una sociedad que aplasta nuestra cultura y la condena al olvido". Lo hace refiriéndose a los almohades de Al-Ándalus, donde ha situado su última novela, aunque encuentre ciertos paralelismos con la situación actual. En la obra La loba de Al-ándalus, este aragonés asentado en Valencia propone un viaje por una civilización del siglo XII a orillas del Mediterráneo. 

"La taifa de Al-Ándalus en la que está basada es un reino que iba desde el delta del Ebro hasta Almería", explica Roa. "Era musulmán pero aceptaban a los cristianos". Este reino fue amenazado por los almohades, provenientes del norte de Marruecos y del sur de España. En medio de esta situación histórica se encontraba el legendario Rey Lobo. "Era un personaje real", comenta el autor, "que se mantuvo al frente de la taifa y se unió a los almohades". Entre esta documentación histórica prevalece el aura de leyenda e imaginación que el ganador del premio Hislibris al mejor escritor español de novela histórica en 2010 le dota a todas sus narraciones: "Me encontré con la figura de este hombre en cada lugar que visitaba", comenta, "y las crónicas musulmanas lo nombraban mucho".

"Estamos condenados a repetir la historia", afirma el autor

Según afirma, hasta el barrio valenciano de La Zaidía podía provenir del nombre de la hija de este Rey Lobo. En la trama principal, que relata esta invasión de una civilización extraña, se entrecruzan varios relatos novelescos que ahondan en personajes secundarios: "Hay mucha acción y mucho erotismo. En realidad, el contexto histórico es el envoltorio". Como rumbo principal destaca Zobeyda, una mujer "de legendaria belleza y sibilina inteligencia" que arrastra al personaje principal. Una técnica remarcada en un género que está viviendo un ligero alza en la Comunidad Valenciana, con Santiago Posteguillo o Javier Pellicer entre otros. "Parece que siempre nos basamos en Roma", alega, "pero Valencia no tiene nada que envidiarle a Barcelona".

¿Y en cuanto a las analogías con el presente? "Aquello era un reino muy próspero, que vivía en una especie de estado del bienestar y que terminó abandonando", declara. "Sin embargo, los almohades tenían a sabios o filósofos en el Gobierno, como Averroes, y en los nuestros no se han quedado", sonríe. Para concluir, sobrevuela una lectura universal que Sebastián Roa remata con un inequívoco: "Estamos condenados a repetir la historia. Y si nos separamos, nos debilitamos".