José Antonio Orza, equilibrista de las cuentas de Fraga
El exconselleiro firmó un informe demoledor del gobierno Feijóo
Hubo un tiempo en que alguna gente, en Galicia, pensó que la palabra “orzamento”, que quiere decir “inversión”, “presupuesto”, era un neologismo gallego impuesto a fuerza de costumbre por la Xunta de Manuel Fraga, que siempre, desde 1990 hasta 2005, tuvo por conselleiro de Economía a José Antonio Orza. “¿Por qué los llamáis orzamentos?”, le preguntó una vez un hombre a Xesús Palmou, otro consejero de la vieja guardia, “¿y, si un día marcha Orza del Gobierno, los vais a seguir llamando así?”.
El titular de Economía e Facenda de más largo recorrido en Galicia, José Antonio Orza (Boqueixón, 1941) murió ayer por la mañana en un hospital de A Coruña a causa de una obstrucción intestinal que derivó en septicemia tras convivir con un cáncer de colon del que fue intervenido por primera vez en 1990, poco después de que Fraga lo eligiese para confiarle (para siempre) las cuentas de su Gobierno. Cuando Feijóo formó su primer equipo, en su afán por borrar sombras del pasado popular, ya no contó con él (pese a que había sonado su nombre), y su destino, a partir de 2009, fue el Consello de Contas, el órgano fiscalizador de los números públicos en Galicia. En esta institución siguió trabajando hasta el pasado martes. Les dijo a sus compañeros que se encontraba mal y que quizás no se iba a poder quedar “toda la mañana”.
Hace no mucho había vuelto al quirófano, pero últimamente aparentaba recuperado. Lejos del círculo más cercano de este hombre sobrio, casado y con tres hijos, no se sabía que estaba enfermo. Incluso protagonizó uno de los episodios más sonoros de esta campaña electoral, cuando trascendió su último informe sobre las cuentas del gobierno de Feijóo. En él aseguraba que la Xunta había desplazado de forma irregular 411 millones en facturas mal contabilizadas del ejercicio 2010 al correspondiente a 2011. El aplazamiento del gasto había valido al Ejecutivo de Feijóo para cumplir con el déficit. “La filtración del informe a la prensa antes de que llegase al Parlamento le supuso un disgusto”, asegura Palmou. “Él únicamente lo había remitido a la Xunta para que presentase alegaciones”.
Los populares de su quinta opinan que “sin lugar a duda” hubiera sido un buen conselleiro para la crisis porque era “riguroso, cabal”, conocedor del “valor del dinero”; y tenía instinto para encontrar el equilibrio . Antes que miembro del PP, fue técnico con responsabilidades en la Administración. Formó parte del gobierno de Gerardo Fernández Albor, y Fraga tuvo en él su fiable “buscador de soluciones”. Entró como independiente y terminó afiliándose al partido.
Cuentan sus compañeros que no tenía problema en presentarle con claridad las cosas a don Manuel: “Con cierta frecuencia le decía a Fraga, ‘mire, presidente, esto políticamente puede ser interesante, pero económicamente no es posible”. “Era un conselleiro sensato y honrado. Se decía que era poco flexible, pero no es cierto. Se preocupaba por las necesidades de cada departamento e intentaba ajustar, encontrar remedio”, añaden.
El escaso perfil político de José Antonio Orza Fernández, su corte discreto y funcionarial, su eterna presencia de gris contable poco amigo de micrófonos y cámaras, le valieron, ayer también, palabras de reconocimiento por parte de la oposición. El socialista Pachi Vázquez dijo, por ejemplo, que fue un “digno adversario”. Que sabía bien de lo que hablaba, que vivía por y para los números y creía en las cuentas claras, quedaba patente en sus intervenciones en el Parlamento. Saturadas de guarismos. Aburridas como pocas.
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