Una sanidad sostenible
La gestión de los servicios no asistenciales por parte de empresas privadas especializadas permitirá que los profesionales se centren en la atención a los pacientes
Conseguir un sistema sanitario público, universal y gratuito es posiblemente uno de los avances sociales más importantes de nuestra historia reciente, constituyendo un pilar fundamental en la cohesión social que disfrutamos. El hecho de tener la certeza de que si enfermamos, o creemos enfermar, dispondremos de una atención sanitaria de primer nivel sea cual sea nuestra situación social o económica, proporciona una tranquilidad y sosiego de primera magnitud, puesto que nada angustia más que la pérdida de la salud. Y hay pocos anhelos comparables al deseo de recuperarla. Nuestro sistema sanitario trabaja además, de forma acompasada, en la prevención de las enfermedades y los avances en los últimos años en todo aquello que colabora para mantenernos sanos han sido extraordinarios.
Para los gobiernos del PP en la Comunidad Valenciana la sanidad constituye una prioridad política. Desde el primer momento los avances científicos y tecnológicos se han acompañado de una gestión innovadora, constituyendo el modelo valenciano de sanidad pública que hoy por hoy es uno de los mejores de Europa, referencia nacional e internacional. Con valentía y decisión, cambiamos paradigmas y rompimos tabúes y todo lo que absurdamente se había sacralizado por una izquierda muy conservadora: demostramos que con la colaboración público-privada la sanidad no solo seguía siendo universal y gratuita, sino que se beneficiaban los ciudadanos al conseguir mejorar desde todos los puntos de vista la prestación sanitaria. Todas las dificultades políticas que tuvimos que afrontar compensaron con creces ante la disminución de listas de espera con plan de choque, la puesta en marcha de la central de compras, la adopción de las tecnologías más vanguardistas en la exploración radiológica y TICS para la gestión clínica…y por supuesto la puesta en marcha del Hospital de la Ribera que constituyó un hito en la historia de la sanidad española. En definitiva, demostramos que lo que la gente necesita y aprecia es una buena atención sanitaria, y no le importa que el gestor y/o proveedor sea público o privado. El modelo sanitario valenciano, presenta pues numerosos puntos fuertes de eficiencias que nos sirven para un nuevo impulso. Y hay que hacerlo. Para preservar nuestro sistema sanitario público universal y gratuito, para corregir las debilidades que presenta, consecuencia de un grave déficit de financiación mantenido por el Gobierno socialista de manera injusta y arbitraria (300 euros menos por ciudadano si lo comparamos con la media estatal) y de la grave crisis económica en la que nos encontramos.
El presidente de la Generalitat Alberto Fabra y el consejero de Sanidad Luis Rosado han hecho el diagnóstico correcto y aplicado el tratamiento adecuado: adaptar el sistema sanitario público a la realidad del siglo XXI, para conseguir que sea sostenible, moderno, cada vez más eficiente y capaz de responder en el presente y futuro a las necesidades sanitarias de los valencianos. La puesta en marcha de la gestión de los servicios no asistenciales por parte de empresas privadas especializadas, abaratando costes entre un 10% y 15%, generando economías de escala y profesionalizando al máximo los procesos, permitirá que los profesionales sanitarios se centren en la atención a los pacientes en un entorno de mayores facilidades. Los ciudadanos no percibirán nada porque los sanitarios que los atienden serán exactamente los mismos, y la sanidad seguirá siendo de calidad, pública universal y gratuita.
En definitiva, una gran decisión del presidente Fabra y del consejero que representa un nuevo impulso para garantizar la sostenibilidad y el futuro de nuestro sistema de sanidad pública valenciano.
Alicia de Miguel es diputada del PP en las Cortes Valencianas.
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