Barcelona quintuplica su flota de motos eléctricas

Un millar de scooters eléctricas de última generación comenzarán a rodar por la capital catalana a partir de hoy. La empresa de alquiler de motocicletas, Cooltra, ha puesto en marcha un nuevo servicio de movilidad urbana sostenible que pretende convertir Barcelona en la capital europea del vehículo eléctrico.

Con el apoyo del Ayuntamiento, la Generalitat y el Instituto Catalán de Energía (Icaen), los responsables de Cooltra han llevado a la práctica un proyecto que quintuplicará la actual flota de motos eléctricas que circulan por la ciudad. “Hemos hecho una inversión de 4,2 millones de euros y en los próximos seis meses iremos introduciendo progresivamente 1.000 motocicletas eléctricas en Barcelona”, explica el presidente de la empresa, Timo Buetefisch.

Las scooters, fabricadas por la compañía alemana Govecs, tienen una autonomía de hasta 80 km, tardan dos horas en recargar el 85% de sus baterías y pueden alcanzar una velocidad de 85 km/h. “Son unas motos con baterías de litio que las hacen muy poco pesadas y con una velocidad máxima que permite circular por rondas y autopistas”, apunta el director del proyecto, Damián Martín.

A través del nuevo servicio, Cooltra alquila las motocicletas por 149 euros al mes en un pack que incluye mantenimiento, seguro, impuesto de circulación, revisiones, asistencia en ruta e incluso casco y baúl trasero. “En estos momentos, la gente prefiere el alquiler a la compra, porque se externalizan los costes y es más sencillo para todos”, añade Buetefisch.

Aunque Barcelona ya cuenta con 250 puntos públicos de recarga gratuita, Cooltra ha asegurado que “se están ultimando las negociaciones con compañías eléctricas y operadores de aparcamientos” para ofrecer soluciones a los conductores que prefieran conectar el vehículo en su garaje. Según los responsables del proyecto, la carga de una Govecs para recorrer 80 km rondaría los 0,30 euros.

La compañía celebra hoy un acto que contará con la presencia del consejero de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena; la teniente de alcalde, Sònia Recasens, e inversores privados interesados en el proyecto. “Justamente porque es un mal momento económico, la gente mira más los números y la gasolina está muy cara, así que este producto es una alternativa que va a salir muy bien”, sentencia Martín. Los responsables esperan trasladar el proyecto el año que viene a otras ciudades europeas como Roma y Berlín.