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Cierran dos espacios de cultura balear en Barcelona y Palma

Espai Mallorca e Illa de Llibres sufren retrasos en su financiación por las instituciones que los gestionan

Con quince años de biografía, cuatro libreras en plantilla y con 40.000 volúmenes en sus fondos, la librería institucional Espai Mallorca de Barcelona, en la calle del Carme, echa el cierre, tras un año de agonía por retrasos en su financiación por parte de las tres instituciones que lo gestionan: el Consell de Mallorca, el Gobierno de Baleares y la Generalitat catalana a través de la Institución de las Letras. Cada año el Espai recibía 216.000 euros de subvención. Nunca fue rentable. La misma crisis también arrastra a la librería paralela en Palma, Illa de llibres, con un empleado, que los editores mantenían abierta en una esquina de la Misericordia, en edificio del Consell.

El gremio de Editores de Baleares gestionó por delegación de las instituciones, el centro cultural barcelonés, de 400 metros cuadrados que era a la vez que mostrador de la cultura, ámbito de venta de productos de la gastronomía insular. A la vez se mantuvo abierto el ya micro espacio de Palma que abrió como la mayor librería de la ciudad y que fue reduciendo su tamaño. Illa de llibres albergó el "Centre d’Informació i Promoció de la Cultura Escrita (CIPCEM)".

La patronal de pequeños editores isleños anunció públicamente la clausura de ambas librerías y, al tiempo, despidió por email y burofax a sus cuatro empleados de Barcelona. Sobre la trabajadora de Palma no se ha podido recoger su versión. El gremio observa problemas financieros insalvables, una situación insostenible, sin alternativa, por la falta de compromisos de las instituciones.

A la plantilla del Espai Mallorca se les adeuda seis meses de sueldo, según la versión de la hasta ahora directora Amanda Vich. El personal pleitea con el Gremi desde hace meses. El Consell de Mallorca lamentó en una nota la decisión del cierre adoptada por los editores y relató su apuesta financiera reiterada.

Un colectivo de usuarios de Barcelona, Cris i Renou, celebró ayer una asamblea en el local del Espai, rechazó “las formas” de la decisión unilateral y anunció acciones para mostrar su oposición por la pérdida de “un bastión” cultural.

El Espai Mallorca abrió en 1998, en la primera época del primer pacto de gobierno entre la izquierda y Unió Mallorca en el Consell de Mallorca. Fue proyecto de expansión cultural exterior del consejero catalanista de Cultura de Mallorca, Damià Pons, en alianza con la Generalitat. Pons encargó el lanzamiento de la librería-colmado-café al empresario Biel Huguet y al escritor Sebastià Alzamora. Durante su vida el Espai albergó cientos de presentaciones de libros y actos culturales de autores isleños.

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