Los empresarios echan el resto

Su papel en la precampaña y en la campaña no está teniendo especial relieve público, apenas algunas reuniones —y discretas— con los candidatos, pero la actividad que están desplegando las asociaciones empresariales y sus lobbys con los partidos es intensa ante la cita del 21-O.

La preocupación ante el actual panorama económico, que está destruyendo progresivamente el tejido industrial, se ha llevado por delante el mercado con el resto de España; ahora, amenaza el de Europa. Así, obliga a los empresarios a buscar garantías de que los próximos cuatro años no se van a convertir en una batalla campal entre siglas, en una Euskadi institucionalmente muy fragmentada, y con el debate del modelo de país en primer plano.

Fuera de los focos, los responsables de las principales empresas y de las asociaciones empresariales quieren que todos los esfuerzos se centren en salir de la crisis, en lograr financiación extra y rápida para el tejido industrial y en incentivar la economía para consolidar el empleo y evitar la sangría que está viviendo Euskadi, pese a estar mejor que el resto de España y la media de la UE.

Los partidos han colocado la salida de la crisis en lo más alto de sus agendas

Confebask, las patronales provinciales y el Círculo de Empresarios coinciden en la propuesta de lograr un consenso básico, “un gran pacto de país” que vaya más allá de las siglas, y que pivote sobre la defensa de un modelo de crecimiento sostenible, con unas administraciones públicas eficientes, y un modelo fiscal “que no penalice” el ahorro destinado a las inversiones. Con matices, pero los cuatro grandes partidos han recogido el guante.

Si, como parece, las exportaciones se van a ver afectadas por el parón general de Europa, Euskadi se puede quedar sin el salvavidas durante los próximos cuatro años, y el tejido industrial, afectado ya por una dermatitis aguda, puede acabar en una degeneración crónica.

Hasta agosto, la destrucción de empleo en los ERE autorizados fue del 33% más que en el mismo periodo del pasado año, 2.477 personas en total. En ese mismo periodo cerraron 251 firmas vascas, 117 en Bizkaia, 104 en Gipuzkoa y 30, en Álava.

Desde que empezó la crisis se han cerrado más de 18.000 empresas en Euskadi, y las más afectadas son las micropymes —más de 14.500— que empleaban de cero a dos trabajadores, pero también han echado la persiana 116 de más de 50 empleados, 348 de 20 a 49 empleados, más de mil empresas de seis a 19 empleados y 2.260 de hasta cinco trabajadores.

PSE y PP tienen meridianamente claro que la economía está en lo más alto de sus agendas, el PNV lo está aceptando al menos para los dos primeros años de la legislatura, —pero oculta si lo va a desplazar después con el debate del modelo de país— y EH Bildu ya lo ha encaramado al primer plano, aunque en su discurso vinculan el crecimiento económico al logro de mayores cotas de soberanía.

Confebask está manejando algunas propuestas más concretas que emanan de su plan de reactivación de la economía 2012-2014, aunque al bajar al detalle chocan con las de los socialistas y EH Bildu. La patronal vasca cree necesario adelgazar más el sector público con venta de patrimonio, de empresas publicas y de privatizaciones de servicios públicos. Para optimizarlo, creen necesario reducir el tamaño del sector público empresarial, con una racionalización de sociedades.