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Un casino junto al Museo de Cera

El Casino de Torrelodones abre sucursal en un edificio del paseo de Recoletos, en Colón El Ayuntamiento ya tramita los permisos para que la sala de juego empiece a funcionar

Elena G. Sevillano
El edificio de Recoletos en el que se instalará el Casino de Torrelodones.
El edificio de Recoletos en el que se instalará el Casino de Torrelodones.colonial

El Casino Gran Madrid de Torrelodones, el más antiguo de la región -y, junto con el de Aranjuez, el único- ya ha decidido dónde va a instalar la sucursal con la que pretende plantar cara al desembarco del Eurovegas de Sheldon Adelson. El Gobierno regional modificó, hace apenas diez meses, la Ley del Juego madrileña para permitir a los dos únicos casinos de su territorio abrir una sala satélite en otro municipio. El Casino Gran Madrid llevaba un tiempo estudiando diferentes locales en el centro de Madrid para establecerse, tal y como publicó este diario. Finalmente se ha decidido por un edificio situado en el número 37 del paseo de Recoletos, justo al lado del Museo de Cera, con frente a la plaza de Colón y muy cerca de la calle Génova.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid admitió ayer a trámite y ha aprobado inicialmente un plan especial para que en la finca, propiedad de la inmobiliaria Colonial, se instale el Casino Gran Madrid, con el que este diario trató de contactar ayer, sin éxito. Se trata de un plan especial de control urbanístico ambiental de usos que requieren este tipo de negocios. Se tramita también en caso de restaurantes y cafeterías, por ejemplo.

El Casino Gran Madrid, con medio millón de visitas anuales según sus datos, está situado a unos 30 kilómetros de Madrid. En los últimos tres años su actividad ha caído un 40%, según el director comercial, José María Paredes, que lo atribuye a tres cosas: la crisis, la ley antitabaco y la competencia del juego ilegal. Con la llegada de Eurovegas en el horizonte, tanto el de Torrelodones como el Casino de Aranjuez se han visto obligados a "mover ficha", en palabras de Paredes, y aprovechar la posibilidad que les brindó el Ejecutivo de Esperanza Aguirre a finales del año pasado al modificar la ley. Se da la circunstancia de que ambos están ahora inmersos en sendos expedientes de regulación de empleo (ERE), aunque en el caso de Aranjuez sea de carácter temporal (ERTE).

El casino de Torrelodones buscaba un local céntrico, con mucho tránsito y buenos accesos. Cuando, hace más de un mes, este diario preguntó a su portavoz por el edificio de Recoletos 37, aseguró que era solo una de las posibilidades. Finalmente ha sido el elegido. El inmueble tiene más de 17.000 metros cuadrados de oficinas distribuidos en plantas de hasta 1.910 metros cuadrados. "Un emplazamiento único caracterizado por su gran actividad económica y por la proliferación de edificios de carácter muy singular destinados a oficinas de representación de empresas multinacionales, hoteles de cuatro y cinco estrellas y viviendas de alto nivel", asegura la página web de la inmobiliaria Colonial, con la que este diario intentó contactar, sin éxito. El edificio cuenta también con locales comerciales, donde se situaría el casino, en planta baja, entreplanta y sótanos; en total, más de 3.000 metros cuadrados.

El edificio fue reformado en 2010 y se convirtió en un referente arquitectónico en la zona de Prado-Recoletos. El arquitecto encargado del diseño fue Rafael de la Hoz, que creó una fachada con placas cerámicas a modo de celosía: costillas verticales de más de dos metros de longitud y lingotes trapezoidales que le dan una apariencia llamativa entre otros inmuebles de la zona. El edificio cuenta también con 175 plazas de aparcamiento.

El Gobierno regional que entonces presidía Esperanza Aguirre cambió hace menos de un año la Ley del Juego regional para permitir abrir una sucursal a los dos casinos autorizados en la Comunidad de Madrid. El cambio se introdujo, junto con otras 12 modificaciones de otras tantas normas, en la ley de medidas fiscales y administrativas que acompaña a los presupuestos de 2012, conocida popularmente como ley escoba porque se utiliza para introducir todo tipo de reformas legislativas, muchas de ellas impopulares, esquivando la tramitación ordinaria.

En aquel momento nadie supo cómo interpretar el añadido al artículo 8 de Ley del Juego, que quedaba redactado así: “El titular de la Consejería competente en materia de juego podrá autorizar a cada casino de juego la apertura y funcionamiento de una sala que, formando parte del mismo, se encuentre situada fuera del recinto o complejo donde se ubique dicho casino, en el mismo o distinto término municipal. Dicha sala funcionará como apéndice del casino para la práctica de los juegos que tenga autorizados”. Ese cambio, que entonces pasó inadvertido, cobró sentido poco después.

La Comunidad envió el borrador de la ley escoba al Consejo Económico y Social de Madrid (CES) para que lo estudiase a mediados de noviembre, casi al mismo tiempo que trascendían a la opinión pública las negociaciones que desde 2006 había establecido la Comunidad de Madrid con el magnate del juego para decidir si la mini Las Vegas terminaría en Madrid o en Barcelona.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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