Barberá quiere cuatro años más
La alcaldesa, arropada por el Gobierno, dice en Madrid que repetirá en 2015
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no necesita los 15 minutos de gloria a los que todo el mundo tiene derecho, tal y como defendía Andy Warhol. Más de 20 años de alcaldesa de Valencia se los han garantizado una y otra vez, ejercicio tras ejercicio.
Pero ayer le concedieron a Barberá esos 15 minutos —y bastantes más— para que pudiese recomponer su figura de alcaldesa de España en Madrid, arropada por medio Gobierno de Mariano Rajoy. Una figura que estaba seriamente deteriorada tras la defensa numantina que hizo en 2011 del expresidente de la Generalitat Francisco Camps, ya en el carril de salida, y su enfrentamiento inicial con su sucesor Alberto Fabra.
Barberá participó en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, presentada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y arropada por las ministras de Empleo, Fátima Bañez, y Sanidad, Ana Mato; el presidente del Congreso, Jesús Posada, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y su antecesora Esperanza Aguirre, junto a cargos de la Generalitat y el Ayuntamiento desplazados desde Valencia.
Allí anunció su intención de repetir como candidata a la alcaldía de Valencia en 2015 porque le “apasiona” y no sabe “hacer otra cosa que ser alcaldesa”.
La regidora de Valencia aseguró también que no tiene intención de aspirar a presidir el Gobierno valenciano, como ya conoce la dirección nacional del PP. “Alguna oportunidad he podido tener y no he querido”, remachó Barberá.
Dos afirmaciones con las que Barberá, que ya fracasó en 1987 en su intento de presidir la Generalitat como cabeza de lista de AP, lanza dos mensajes de estabilidad. Uno dirigido a su propio equipo de gobierno municipal, inquieto tras la promoción y marcha de Jorge Bellver, ahora portavoz parlamentario en las Cortes, y Marta Torrado, portavoz adjunta del PP en el Congreso de los Diputados. Y el otro, dirigido a las direcciones regional y nacional del PP de que no alentará ningún factor de inestabilidad interno.
Por eso, en su alocución, Barberá se ciñó al guión. Toda la locuacidad reivindicativa que esgrimió la alcaldesa hace un año en la cena de inicio de curso del PP valenciano en Benicàssim por la marginación a que sometía Génova a la Comunidad Valenciana se tornó ayer comprensión. Así, la alcaldesa admitió la “sensación de disgusto” que existe en su tierra por la elevada disminución de las inversiones del Estado (un 57% menos respecto al último presupuesto de José Luis Rodríguez Zapatero) pero afirmó que los valencianos entienden “con dolor, que no se pueden hacer” otras cuentas.
Rita Barberá recordó el déficit de financiación autonómica que sufren los valencianos pero recordó que estos “son solidarios y saben dónde está ahora la prioridad”. La alcaldesa intentó defender la imagen de la Comunidad Valenciana, aunque admitió: “No voy a ocultar que hemos dado argumentos, pero también se nos ha utilizado como cortina de humo para apagar incendios de otras latitudes. Ejemplos iguales o peores se podían poner de todos los colores y en todos los lugares”. Tampoco dudó en utilizar el argumentario anticatalanista que los populares valencianos han puesto de nuevo en circulación.
El portavoz municipal socialista, Joan Calabuig, que acudió al desayuno informativo de Barberá, lamentó que hubiese perdido la oportunidad de hablar del futuro de Valencia. “Ha quedado en evidencia que el PP y Rita Barberá están agotados y sin ideas”, dijo Calabuig, que lamentó la carencia de proyectos de la alcaldesa valenciana.
Por su parte, Amadeu Sanchis, de Esquerra Unida, recalcó que la decisión de la alcaldesa de presentarse a la reelección en 2015 revela que el proyecto del PP “está agotado y se ha personalizado totalmente en la figura de Rita Barberá”. “Confunde cualquier oposición con un ataque a su persona”, dijo.
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