Puerto en casco urbano
La autoridad portuaria impulsa proyectos en Barcelona que solo después se someten a debate
La historia se repite y el puerto de Barcelona vuelve a ser el promotor directo de una iniciativa —de la mano de un operador privado— de un proyecto que se ubica en un territorio que está dentro del casco urbano de la ciudad. Ha pasado recientemente con el proyecto de la marina de lujo en el Port Vell pero. En realidad, ha pasado en cada una de las transformaciones de la instalaciones portuarias después de que se derribaran los tinglados en la Barcelona preolímpica. Eso ocurrió a finales de los ochenta y supuso para la ciudad la apertura al mar y ganar un paseo urbano como es el actual Joan de Borbò. A partir de ese momento, todos los proyectos que se han promovido en la zona del puerto ciudad no se han librado de polémica. Como la construcción del Maremagnum — al inicio de la década de los noventa— después el World Trade Center —al final de esa misma década — y ya en este siglo el hotel W de la nueva bocana. Todos esos proyectos han supuesto un importante impacto visual de la zona portuaria de la ciudad —especialmente el hotel cuyo proyecto inicial tenía 60 metros más de altura— y, además, la transformación de una parte de la ciudad que antes estaba ligada a la industria para dedicarse al turismo y los negocios.
Esas transformaciones han sido impulsadas por la autoridad portuaria y el gobierno municipal se ha limitado a asentir o en el mejor de los casos a introducir algunas modificaciones.
Esa realidad provoca cada vez más rechazo, no solo de la plataforma de Defensa del Port Vell y de los vecinos de la Barceloneta, sino en un ámbito mayor de entidades sociales y formaciones políticas. La cuestión de fondo es que el puerto autónomo, en definitiva, forma parte de la red de puertos del estado y la titularidad final es del gobierno central. Algo que desde el punto de vista de ciudad no deja de ser sorprendente ya que se trata de un territorio que forma parte del casco urbano. Especialmente el Port Vell.
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