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caso mercasevilla

El exsubdirector de Mercasevilla culpa a su antiguo jefe del soborno

Daniel Ponce acusa en el juicio a Fernando Mellet, exdirector de la empresa pública, de exigir una comisión ilegal de 450.000 euros a los empresarios

Javier Martín-Arroyo
El exsubdirector de Mercasevilla Daniel Ponce (en el centro) junto a su abogado Simón Fernández, a la entrada de la Audiencia de Sevilla.
El exsubdirector de Mercasevilla Daniel Ponce (en el centro) junto a su abogado Simón Fernández, a la entrada de la Audiencia de Sevilla. GARCÍA CORDERO

“Me quedé pillado y no esperaba que fuera yo el que se lo dijera”. El exsubdirector de la empresa municipal Mercasevilla Daniel Ponce achacó ayer a su exsuperior Fernando Mellet haber urdido el intento de soborno para que dos empresarios hosteleros pagaran una comisión ilegal de 450.000 euros a cambio de la concesión para una escuela de hostelería en la capital andaluza.

Ponce alegó ayer que el exdirector le obligó a pedir el soborno durante la quinta sesión del juicio por el caso Mercasevilla, origen del caso de los ERE. Pero solo contestó a las preguntas de su letrado y después de que Mellet guardara silencio ante el jurado, porque este considera que la grabación clave vulneró su derecho a la intimidad. La grabación, captada por los dos empresarios y en la que se escucha con nitidez cómo los dos acusados exigen supuestamente la mordida, es la principal prueba contra ambos exdirectivos en el juicio que se celebra en la Audiencia de Sevilla.

Ponce detalló ayer que en principio, cuando Mellet le ordenó que pidiera a los empresarios una “colaboración voluntaria” con la Junta, lo mandó “al carajo”. Finalmente, el exsubdirector acometió la petición ilegal porque Mellet le explicó supuestamente que los empresarios ya conocían la cifra exacta. “Me quedé sin argumentos (...) me limité a recordarles el compromiso anterior de colaboración con la Junta de 300.000 euros”, añadió. A continuación, relató que como la petición era para “proyectos sociales” de la Junta, no debía parecerle mal el pago de los empresarios.

Sin embargo, en sus explicaciones Ponce evitó detallar por qué los empresarios se sorprendieron cuando él les espetó que debían abonar una comisión ilegal si ya habían tratado el pago con Mellet, y sobre todo por qué explicó durante una de las conversaciones grabadas que el pago debía hacerse a través de un maletín olvidado en un despacho.

El exsubdirector declaró que Mellet le había señalado al exdelegado de Empleo en Sevilla Antonio Rivas como la persona que cifró el soborno que debían exigirles a los empresarios. Hasta ahora Rivas ha sido el principal beneficiado durante las sesiones celebradas, ya que la única prueba en su contra era la declaración de Mellet ante la fiscalía. Y después de que el juez rechazara aportar estas declaraciones como prueba, Rivas ve su camino bastante despejado. Fuentes jurídicas dudaban ayer si la referencia de Ponce sobre el comentario de Mellet podría pesar como prueba para una hipotética condena a Rivas.

Mientras, Ponce, que solo posee estudios de EGB pese a su excargo de responsabilidad en una empresa con 200 empleados, recordó en su declaración que la funcionaria Regla Pereira, también acusada, no estaba presente en la sala cuando se le planteó a los empresarios la supuesta petición de una comisión ilegal de 300.000 euros más otro pago de 150.000 euros por el tendido de electricidad necesario.

Las preguntas del jurado denotaron ayer sus dudas y cómo no tienen tan claro la exculpación de Pereira, por ahora con pocas bases sólidas en su contra, y mucho menos de Ponce. A este le interrogaron sobre por qué no se estableció un concurso público para adjudicar su escuela de hostelería y por qué logró una subvención de 900.000 euros sin publicidad. “¿Cómo pensaban justificar la comisión en forma de donativo para niños saharauis?”, preguntaron.

Pereira se presentó ante el jurado como una víctima de la petición de soborno, ajena a toda la operación planteada supuestamente por la excúpula de Mercasevilla. La exjefa de proyectos rechazó que conociera el significado de la “contribución voluntaria” pese a que acudió a una reunión con los empresarios, e insistió en que nunca “aceptaría participar en una cosa así”, en referencia al soborno. Pero su defensa se quebró cuando se negó a identificar las voces de Ponce y Mellet, después de que el jurado escuchara con nitidez las voces de ambos. “¿A qué le suena “colaboración voluntaria?”, le interrogó el magistrado Ángel Márquez. Pero Pereira rechazó “hacer ninguna valoración”. Y de nuevo evitó mojarse.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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