Jurado popular para el caso de la niña hallada muerta en aguas de Zarautz
Los hechos ocurrieron hace un año y la acusación popular pedirá un delito de asesinato
El suceso estremeció a un pueblo como Zarautz. La mañana del 7 de octubre del año pasado, el cadáver de una niña de 18 meses era localizado flotando en las aguas de las inmediaciones del malecón de Zarautz. La menor estaba siendo buscada desde horas atrás al haber denunciado su desaparición el padre, de 41 años. Su aviso puso en alerta a los servicios de búsqueda y salvamento que fueron coordinados por una técnico de Atención de Emergencias del Gobierno vasco. Doce meses después, será un jurado popular quien juzgue al progenitor de la niña. A falta de determinar la fecha, ya se conoce que se celebrará en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa y recayendo en nueve personas la responsabilidad de dictaminar si es culpable o inocente de los hechos que se le imputan.
La acusación popular la ejercen el Ministerio Fiscal y la Asociación Clara Campoamor. En este último caso y a la espera de que se formalice el escrito de calificación, se pedirá que se le impute entre otros, un delito de asesinato con una pena que podría superar los 20 años de cárcel. Por su parte, la madre de la menor no ha querido ejercer la acusación particular a través de un abogado. Fuentes jurídicas sostienen que la defensa del único acusado podría alegar bien que hubo terceras personas que provocaron la muerte de la pequeña bien que su cliente estaba dormido y al despertar la niña había desaparecido.
Un amigo del padre de la víctima fue la última persona que la vio con vida
Los hechos los investiga el Juzgado de Instrucción número 1 de Azpeitia que ya en octubre del año pasado decretó prisión sin fianza para el acusado. El caso se encuentra todavía en fase de instrucción aunque la jueza encargada del mismo levantó el secreto de sumario a principios de año. Por el momento, han comparecido una docena de personas entre testigos, amigos del imputado y ertzainas que participaron en la investigación. La última vista se celebró el pasado 30 de julio con pruebas testificales. En la actualidad, la jueza sigue practicando diligencias. Fuentes conocedoras del caso apuntan a que la dificultad pasará por determinar qué ocurrió ya que no existen testigos presenciales en las horas en la que se producen los hechos.
La última persona que vio con vida a la pequeña Chaid y a su padre fue un amigo de éste. Después, se les perdería la pista hasta que mediante una llamada efectuada a las 5.20 horas de aquel día al 112, denunció que su hija de 18 meses había desaparecido. Explicó que ambos dormían junto a una chabola situada en Montetxio sobre la carretera N-634 y junto al restaurante Aiten Etxe y que al despertar la menor no estaba en el lugar donde la había dejado. Sin embargo, en aquel momento, las pruebas recabadas por la policía pusieron en entredicho que una niña de tan corta edad pudiera realizar de noche y sola un trayecto que cuenta con dificultades en forma de pendientes y escaleras, el cruce de una carretera y la superación de una valla poco menos que infranqueable para la menor. Según la autopsia realizada al cuerpo de la pequeña y que forma parte del sumario, Chaid no presentaba signos de violencia. Su muerte fue por ahogamiento y las únicas lesiones que se registraban, por el roce del cuerpo con las rocas y la arena.
Tal y como consta en el sumario, el progenitor, de origen marroquí, posee un amplio historial delictivo con once arrestos, varios de ellos por violencia de género sobre su pareja y también por el secuestro de su hija meses antes de que ocurrieran los hechos. En concreto, la policía le detuvo el 18 de julio de 2011 en la localidad vizcaína de Galdakao, a donde se había desplazado desde Zarautz tras secuestrar presuntamente a su hija. Horas antes habría discutido con su ex pareja que había acudido desde el extranjero, donde vivía con la menor, a Gipuzkoa para arreglar varios asuntos legales que tenían pendientes. Por este motivo se reunió el 17 de julio con el hombre en una vivienda de Zarautz y donde tras una discusión golpeó a la mujer en la cabeza, causándola heridos en la cara y cabeza. La mujer logró huir del piso y dejó allí a la niña, que reclamó al día siguiente pero el hombre le informó de que había abandonado Zarautz con la menor y amenazó con que no volvería a ver a la niña nunca más.
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