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La familia del niño desaparecido organiza batidas vecinales de búsqueda

Llaman a protestar ante la Junta de Vicálvaro para quejarse de su "poca implicación" La policía no ve indicios criminales en el caso y creen que el menor pudo sufrir un percance

Cartel con la fotografía del niño rumano de 12 años desaparecido en Madrid.
Cartel con la fotografía del niño rumano de 12 años desaparecido en Madrid.ÁLVARO GARCÍA

Unas 300 personas se han concentrado sobre las cinco de la tarde en el parque de la Vicalvarada, en el distrito madrileño de Vicálvaro, para llamar la atención sobre el caso del niño de 12 años desaparecido desde el pasado lunes 24 de septiembre por la tarde. Familias al completo con muchos niños, además de un gran número de periodistas, se han reunido en el lugar en el que se le perdió el rastro tras una pancarta con el lema Gabriel somos todos. Algunos de los concentrados llevan camisetas verdes con la cara del menor impresa.

En el grupo destacaba Pablo Martín Quiroz, presidente de la Asociación Cultural Coordinadora de Inmigrantes (AC-COIN), que se ha erigido en portavoz. Martín Quiroz ha explicado que a partir de mañana van a buscar al menor por sus propios medios. La familia, con la ayuda de otros habitantes de la zona, ha organizado batidas vecinales para peinar las calles, que partirán todos los días a las nueve de la mañana desde la puerta del colegio del menor.

Además, han llamado a concentrarse todos los miércoles a la misma hora, por la tarde, ante la Junta de Distrito de Vicálvaro para quejarse de la "poca implicación" de las autoridades en el caso. Ayer, la policía aseguró a este diario que ha intensificado la búsqueda del menor.

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Tras anunciar estas medidas, han decidido convocar también una manifestación el viernes a las seis de la tarde ante la Junta Municipal con la idea de cortar el tráfico. Cuando los líderes vecinalesse lamentaban de la parálisis de las autoridades, la concejal de distrito de Vicálvaro, Carmen Torralba González, se ha acercado al parque a hablar con ellos. Torralba ha atendido a las demandas de la familia y los vecinos y han intercambiado buenas palabras con ellos durante unos cinco minutos.

El niño perdido se llama Gabriel Vidrascu, tiene 12 años, es de nacionalidad rumana y lleva cinco años viviendo en España. Es “rubio, de ojos azules y 1,50 de estatura, y tiene una mancha de nacimiento en el cuello y una cicatriz vertical en la nariz, fruto de una caída”, según la descripción de su familia. Tiene una hermana de 10 y un hermano de seis.

En principio, y con los datos que obran ahora en el atestado, la policía no ve indicios criminales en la desaparición del menor, sobre todo después de haber tomado declaración a los familiares más directos y amigos del pequeño, según explicaron ayer a este diario fuentes policiales. Un hecho que refuerza esta tesis es que nadie se ha puesto en contacto con la familia para pedir algún rescate, por lo que se descarta la posibilidad del secuestro. Los investigadores creen que el pequeño pudo sufrir algún percance. También se tomaron muestras de ADN para compararlas con las almacenadas en el banco de personas desaparecidas, "pero eso no implica que se halla encontrado nada, la búsqueda continua".

Especialistas del Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Madrid han relevado a los agentes de la Policía Judicial de la comisaría de San Blas, que hasta ahora se encargaban del caso, y han empezado a buscar en los pozos, las minas abandonadas de sepiolita y en algunas lagunas de la zona.

Cuentan con la ayuda de perros entrenados para el rastreo de personas y el apoyo de unidades subacuáticas, que buscarán en los humedales de la zona. También recorrerán el alcantarillado y las galerías de servicio de una amplia área del distrito, que va desde el parque de la Vicalvarada hasta la autopista de peaje R-3. "Vamos a cubrir un área más amplia y con más medios y personas”, aseguraron las mismas fuentes de la investigación.

Los familiares —su padre, Gigi, es un antiguo trabajador de Barajas en paro de 35 años y ella, Michaella, ama de casa de 28— cuentan que el niño, como solía hacer todos los días, salió a jugar al parque la tarde de su desaparición. La casa del menor está en la calle Villablanca, "a unos cinco metros del parque" y que Gabriel "nunca tardaba más de dos horas" en volver. Sin embargo, el lunes no volvió.

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