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Trias obligará a los bares con terraza a que sus lavabos sean de uso público

El Gobierno municipal espera aprobar en 2013 la nueva ordenanza sobre mesas en el exterior

Camilo S. Baquero

El odioso cartelito de “baño solo para clientes” desaparecerá de los locales de Barcelona que tienen terraza. Los bares y restaurantes que tienen licencia para colocar mesas en el exterior tendrán que abrir sus lavabos al uso público. Esta directriz forma parte del proyecto de ordenanza que regulará este tipo de ocupación del espacio público y que ayer fue aprobado inicialmente por la comisión de gobierno, presidida por Xavier Trias (CiU). El Ayuntamiento espera lograr un pacto político y que el texto entre en vigor en verano.

La ordenanza, según la segunda teniente de alcalde, Sònia Recasens (CiU), busca poner fin a “las disparidades, agravios y diferencias” que sufren los restauradores y lograr una unificación de criterios horarios y estéticos. La responsable de Promoción Económica recordó que existen 4.288 terrazas en la ciudad, sujetas a alguna de las 17 normas vigentes. La armonización, cree Recasens, permitirá la simplificación administrativa. El número de terrazas casi se ha duplicado desde 2010 (entonces había 2.337), según datos del Ayuntamiento.

Esta variedad de regulaciones buscaba responder a las diversas casuísticas dentro del territorio, pero desde la oposición CiU y el PP la criticaban por no ser lo suficientemente business friendly. Albert Civit, gerente adjunto de Hábitat Urbano, explicó que la nueva norma prevé responder a estas diferencias mediante la implantación de “ordenaciones singulares”, que serán determinadas por decreto de alcaldía. Civit también anunció la creación de una comisión técnica que informará de esas excepciones e interpretará la norma en caso de litigio. Aparte de La Rambla, no se aclaró cuáles podrían ser esas zonas especiales.

El Gremio de Restauración dice que aun “no hay nada definido”

Según Civit, los locales estarán obligados a aclarar mediante un símbolo que los lavabos son “de uso para todos los que pasen por la calle”. El aforo de los bares y restaurantes se calculará teniendo en cuenta las personas en la terraza y en el interior, por lo cual en algunos locales habrá que hacer obras para ampliar los baños y así cumplir la proporción establecida por la ley. Para ello habrá una moratoria hasta el año 2016. El Gremio de Restauración de Barcelona no quiso evaluar la propuesta y aseguró que aún “no hay nada definitivo”.

Los horarios unificados, salvo las excepciones que marquen las ordenaciones singulares, serán de 8.00 a 24.00 de domingo a jueves y una hora más los fines de semana y las vísperas de festivo.

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A nivel estético, la ordenanza establece la creación del llamado módulo reducido, que permitiría ubicar una mesa pequeña y dos sillas, en un espacio no superior a 1,50 por 0,80 metros, y que serviría para los cascos antiguos. El normal es una mesa y cuatro sillas. Civit aseguró que este nuevo tipo aumentará el número de terrazas, pues “hay bastantes peticiones que se denegaban por la estrechez de las aceras”. El gerente adjunto también aseguró que la ordenanza no reñirá con el plan de usos de Ciutat Vella, donde los vecinos y el gobierno discuten sobre la conveniencia de las terrazas.

El mobiliario también sufrirá restricciones. Las sillas y mesas han de ser de acero o aluminio inoxidable, y el perímetro de la licencia se marcará en la acera, por lo cual todos los elementos, como atriles o pizarras, deberán estar dentro. También se prohíbe el cerramiento de los tres lados mediante mamparas, que solo podrán ser usadas en invierno; estas y las plantas que aíslen el recinto solo podrán tener una altura de 1,40 metros. La moratoria para estos cambios acabará en 2014 y Recasens explicó que no habrá bonificaciones.

Ayer comenzó la negociación de la ordenanza con las otras fuerzas políticas. Después de ello, saldrá a exposición pública. El borrador recibió críticas de la oposición. Assumpta Escarp (PSC) aseguró que lo que se ha hecho es “crear una base mínima sobre la que atender las diferentes especificidades territoriales a golpe de decreto de alcalde”. Javier Mulleras (PP) criticó los “tics intervencionistas” del borrador y lo tachó de confuso.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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