Sanidade reduce los ambulatorios que prometió y recorta su tamaño y consultas

Con las elecciones convocadas, el Sergas ha comenzado a licitar algunos de los centros de salud que el Gobierno gallego se había comprometido a construir en esta legislatura. No solo no estarán en marcha en las fechas anunciadas, sino que de las previsiones del Ejecutivo han desaparecido varios centros, y los que se harán verán menguada su superficie y reducido el número de consultas con respecto a los proyectos iniciales, algunos trazados por el bipartito, otros durante el mandato conservador.

Así se desprende del cruce entre los datos que aparecen en las memorias de los proyectos, los nuevos planes funcionales y el pliego de cláusulas administrativas para la contratación del suministro eléctrico y la dirección de las obras de estas infraestructuras sanitarias. De los 15 centros, en nueve se ha actualizado a la baja el plan funcional. En ellos, excluyendo uno —el de A Valenzá, en Barbadás, del que falta su memoria descriptiva y por tanto no se puede hacer la comparación— la superficie construida se reduce una media del 17,9% y se contabilizan hasta 35 consultas menos, la mayoría de medicina general y de pediatría.

Estos 15 centros se irán licitando en las próximas semanas —de momento van cuatro: dos en Ourense y dos en el área de Vigo, principales campos de batalla electoral— y tienen unos periodos de construcción de entre 12 y 18 meses. Formaban parte de un paquete mayor, de 19, que deberían estar ya en funcionamiento. Cuatro, pues, se han quedado en el camino. En el programa electoral del PP en 2009 figuraban al menos 53 centros; hasta la fecha se han construido o reformado 25, según datos extraídos de comparecencias parlamentarias y de notas de prensa.

En octubre de 2010 la exconselleira de Sanidade Pilar Farjas anunciaba en la Cámara que antes de que acabase ese año ya estarían licitados esos 19 centros. Era cuando la ahora secretaria general del Ministerio de Sanidad defendía las bondades de la financiación público-privada para llevar a puerto estas actuaciones. Finalmente, este verano el presidente, Alberto Núñez Feijóo, confirmó que se renunciaba a esa fórmula y que los centros se harían con los fondos de la comunidad, y con las ayudas europeas. Ese cambio de modelo explica que la consellería haya tenido que hacer una “nueva priorización” de estas infraestructuras.

Una de las ideas fuerza que enarbola el candidato a la reelección es que el esfuerzo en austeridad permite a su Gobierno seguir invirtiendo en servicios sociales y, particularmente, en sanidad. El discurso cuando menos se matiza al contrastarlo con la documentación oficial. Así, el centro de salud de Gondomar, con grado de prioridad máxima, pierde el 31,7% de la superficie construida prevista en el proyecto inicial, redactado ya con los populares asentados en la Xunta, en octubre de 2010. Se pasa de 2.128 metros cuadrados a 1.455, en los que se instalarán seis consultas menos, de medicina general, enfermería y pediatría. En el de O Temple, en Cambre, la disminución es del 22,8%, y desaparecen otras seis consultas. Más salas, hasta ocho cada uno, pierden los de Tui y uno de los ya licitados, el de O Couto, en Ourense. Y eso que son en los que menos superficie se reduce: un 11,4% y un 10,5%, respectivamente.

El centro de salud de Panxón (Nigrán) dispondrá de cinco consultas menos que en el primer proyecto, este sí elaborado y prometido por el bipartito. También de esa época es el de Galeras, en Santiago, que sufre una remodelación más radical. En el global se harán dos salas menos, pero en cambio sí se realizarán de otras especialidades que no estaban proyectadas, como odontología y fisioterapia. Los dos de menores dimensiones, los de Oia y Pontedeva, mantienen el número de consultas, pese que la superficie construida cae un 15,5% y un 18,8%.

Alternativa Galega de Esquerdas, que ayer se reunió con la Plataforma en Defensa da Sanidade pública, censura este recorte en los centros de salud y considera un “error” no potenciar la atención primaria. Además, acusa a la Xunta de “mentir” porque, según interpreta, todavía no se ha licitado ninguno de los cuatro centros anunciados. Hasta noviembre, calcula, no se licitarán, por lo que el retraso será todavía mayor al ya acumulado.