El Consell cargará con el Valencia si el club no paga sus deudas
La Generalitat embargará las acciones de la Fundación y será su mayor accionista
Si el Valencia CF es incapaz de hacer frente a sus compromisos crediticios, la Generalitat tendrá que embargar las acciones de la Fundación del club valencianista y se convertirá en el mayor accionista de la entidad. La decisión de Bankia de no seguir adelante con una operación inmobiliaria inviable en solitario —cancelar la deuda de 245 millones que tiene el club y concederle otro crédito para terminar el nuevo campo de la avenida de las Cortes Valencianas a cambio de los réditos inmobiliarios del actual Mestalla y otros terrenos— han colocado al Valencia contra las cuerdas.
El reconocimiento de que la operación urbanística ya es un fracaso obligó este viernes al presidente del club, Manuel Llorente, a comparecer para intentar quitar hierro al asunto. Fue un intento de aparentar que la orquesta sigue tocando, mientras la nave se hunde. El estallido de la última operación inmobiliaria, probablemente la última burbuja de aire de un club pilotado durante años por promotores a lomos de cuantiosos pelotazos urbanísticos, han dejado al Valencia en un pozo económico del que le será difícil salir.
El club tiene hasta finales de diciembre para devolver a Bankia un crédito de 245 millones de euros, avalado con el actual campo de Mestalla. Y hasta finales de noviembre para lograr que la Fundación Valencia CF —el principal accionista del club con el 75% de las acciones— devuelva otros 81 millones a Bankia. Un crédito que está avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas de la Generalitat. Si Bankia ejecuta el aval, el Consell tendrá que hacer frente al pago, pero a cambio se quedará con la propiedad de las acciones. El Gobierno valenciano admitió que, en ese caso, no le temblará el pulso y asumirá el control.
Fuentes del Consell recordaron que el Instituto Valenciano de Finanzas ha iniciado ya los trámites para embargar el estadio Rico Pérez de Alicante. Una decisión adoptada después de que la Fundación Hércules no haya podido hacer frente a los pagos de un aval de 18 millones de euros. El Hércules, propiedad del promotor Enrique Ortiz (imputado en el caso Gürtel y el caso Brugal), se declaró en concurso de acreedores en junio de 2011.
Llorente intenta dar una imagen
“Si hemos solicitado el embargo del Rico Pérez, no dudaremos en solicitar el control de las acciones que respaldan el aval del Instituto Valenciano de Finanzas a la Fundación Valencia CF”, indicó este viernes una fuente del Consell. El Levante UD y el Elche CF también tienen préstamos pendientes de devolver avalados por el Instituto de Finanzas.
El vicepresidente y portavoz del Consell, José Ciscar, se mostró “seguro” de que el club hallará una solución satisfactoria con Bankia. “Con más de 90 años de historia, con la solera que tiene como club y que tiene el apoyo de la inmensa mayoría de la sociedad valenciana, será capaz de llegar a acuerdos”, dijo Ciscar.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, la principal impulsora, junto con el expresidente Francisco Camps, de la construcción de un nuevo Mestalla, pidió calma a la espera de las decisiones del club. Barberá admitió que el jueves, tras conocer la retirada de Bankia del proyecto inmobiliario, hizo una gestión con el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, que le confirmó la decisión.
El vicealcalde Alfonso Grau también dejó el desenlace en manos del Valencia e insistió en que el Ayuntamiento facilitará lo que pueda las cosas al club, que adeuda al Consistorio otros 18 millones de euros. El club adeuda otros 245 millones a Bankia —aparte de los que adeuda la Fundación— que tienen como aval el propio campo de Mestalla y que vencen a finales de diciembre.
Ciscar se muestra seguro de que el club hallará una solución
“Hemos pasado de una operación inmobiliaria a una financiera, pero tenemos mucha prisa por acabar el campo nuevo y vamos a exigir soluciones”, sentenció Manuel Llorente, comprensivo con la decisión de Bankia de abandonar la operación inmobiliaria pero a la vez firme en la idea de que tanto el banco —con quien intenta renegociar de nuevo la deuda— como las instituciones públicas deben colaborar con el club para encontrar una salida a este callejón, informa Cayetano Ros.
“Seguimos negociando con Bankia”, insistió Llorente, que defendió su gestión desde que llegó en junio de 2009. Entonces debía 550 millones y el déficit era de 70 millones. La pasada temporada acabó con un superávit de un millón y la deuda se ha reducido, según Llorente, en 200 millones gracias a la venta de jugadores. “El Valencia tiene cimientos sólidos”, proclamó.
En Esquerra Unida, el edil Amadeu Sanchis recordó que el proyecto inmobiliario del Valencia presentó “grandes dudas desde su inicio” y suponía perder equipamientos públicos. Compromís también criticó la gestión del proyecto, en especial en los terrenos del Valencia en el municipio de Paterna.
Por su parte, el movimiento vecinal de Valencia exigió explicaciones a los políticos sobre el futuro de los equipamientos de los barrios.
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