Comer sobre seguro
El cineasta, que presenta en San Sebastían su película 'Blancanieves', elige la fusión de la cocina española y japonesa, la bollería de calidad y hacer 'picnic'
1. Vitra. Una tienda que visito como si fuese un museo. Desgraciadamente no puedo ser cliente, pero suelo comprar un libro o una silla en miniatura. Siempre hay que tener esos sueños, un lujo, que un día se pueda comprar. Vivo en una casa de 70 metros pero si un día puedo hacerlo en un loft igual lo puedo poner todo de Vitra, de Eames, Prouvé... (Marqués de Villamejor, 5)
2. Hymawary. Mi restaurante japonés de cabecera, además de mi casa ya que mi mujer es japonesa. Ahí trabaja un chef amigo y vecino, Goshiga y siempre que voy me saca lo que cree que debo comer ese día. No solo tiene sushi, sino comida casera japonesa. (Tamayo y Baus, 1)
3. El Brillante. Hay varios pero yo voy al de Atocha, el mítico. No entiendo ir al Reina Sofía un domingo sin pasar con mi mujer y mi hija a comer un bocadillo de calamares. Es como el Katz's de Nueva York y su bocadillo de pastrami. Parada obligatoria. A veces el dueño me ha explicado donde compra el calamar, el tamaño, todo muy riguroso. (Plaza del Emperador Carlos V, 8)
4. Taberneros. Ofrecen una fusión de raciones de comida convencional española con comida japonesa. Sus primeros chefs eran uno japonés y otro español. Aparte tiene una bodega de vinos fantástica. Está muy bien para compartir. Cuando vienen amigos de fuera siempre les llevo al Hymawary o a este. Me gusta jugar sobre seguro. (Santiago, 9)
5. Lupita. Un restaurante peruano popular y un lugar curioso. Cruzas la puerta y la música es folclórica, pop, a volumen 10, y la decoración parece que has entrado en Lima. Sus habituales son gente de Perú. Raciones espectaculares y menú del día a 9 euros. (Isabel La Católica, 17)
Bilbao, Nueva York, Madrid
Pablo Berger (Bilbao, 1963) dejó su ciudad por Nueva York para estudiar cine. Y en 1999 llegó a Madrid y rodó su multipremiada y primera película Torremolinos, de la que hicieron hasta un remake chino: “Es mi orgullo”, dice de él.
6. Pomme Sucre. Pensaba que no había lugares en Madrid con buena bollería y fue descubrir este y su milhojas, con el café, cuidando el envoltorio, la vajilla, las sillas..., la experiencia es total. No hay cosa que más deteste que saquen un bollo del día anterior y aquí es todo excelente. Y me superaron cuando descubrí que también hacen una tortilla de patata riquísma (Barquillo, 49).
7. Sportivo y Goyo. Desde que dejé Nueva York y me instalé en España es mi tienda. Goyo es el Sartorialist español, no hay nadie que sepa más de street wear. Y no es snob, mezcla cultura y moda. Voy a su tienda a veces a hablar, otras a comprar. (Conde Duque, 20) También están Mini (Limón, 24 ) y Oscar, para ir de fiesta y tener un punto relajado. El traje que voy a llevar al Festival de San Sebastián es de ahí.
8. Palma papel. Cristina es el alma de esta papelería y ahí tiene el taller donde diseña y hace cajas. Me hizo unas especiales para presentar el proyecto de Blancanieves. Siempre encuentras algo que te sorprende y siempre está con su gato. A mi hija le suele hacer regalos, el último una bolsa llena de papeles de todo tipo. (Palma, 34 )
9. La Bombonera. Teresa, que proviene de una familia con esta tradición, es la artesana que además atiende. Su anterior local era la Oriental donde hice todas las reuniones de Torremolinos. Sabores únicos y artesanos. (Barco, 42)
10. Martín de los Heros y Parque del Oeste. La primera por los cines, por la librería Ocho y Medio que de cine es la más completa del mundo. Y el segundo para hacer pic nic urbanos, que aquí en España no se hacen y a nosotros nos encanta ir con amigos, los niños, la manta, el vino y el periódico. Un buen plan.
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