Una ‘Novena’ contra las butacas vacías

2.400 butacas y 2.400 compases. Por cada butaca vacía en el Auditorio Nacional, habrá un compás de la Novena Sinfonía de Beethoven del que la orquesta no tocará ni una nota. ¿Los motivos? Recaudar fondos para la Fundación CRIS, que se dedica a financiar proyectos de investigación sobre el cáncer. “Es una manera original de presentar el concierto para activar la expectativa. Es un símbolo de que esos vacíos que se pueden crear en las butacas son un reflejo del vacío en el apoyo a la fundación”, explica Jordi Bernàcer, que dirige a la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid en este atípico concierto.

Como dice el propio director, la Novena sobrepasa los límites de la música para convertirse en un monumento colosal con un último movimiento que es un himno para la Humanidad. El reto de interpretar un monumento musical como este sin saber hasta el último momento cuántos compases deberán saltarse roza la locura. “Se agruparán los compases de las butacas vacías y no se tocarán”, dice Bernàcer, aunque admite que su objetivo es tocarla entera. Para ello, habrá que llenar el auditorio. “Menos mal que los chicos tienen un nivel extraordinario”, dice el director sobre la orquesta y el coro, que tienen temporada propia en los Teatros del Canal y que el año pasado demostraron su solvencia en obras como la opereta ‘Candide’ de Bernstein.

Con la mitad de las entradas vendidas, desde la fundación avisan que no hace falta asistir al concierto para salvar la Novena. Han creado una fila cero para que la gente pueda patrocinar los compases que aún no tienen padrino. En la página El último movimiento (www.elultimomovimiento.com), se pueden consultar los compases que aún están en peligro de no ser escuchados mañana, según cuenta la presidenta de la fundación, Marta Cardona, y comprar cada uno de ellos por 10 euros, a modo de donación para la Fundación CRIS.

"Otras fundaciones se dedican al apoyo a pacientes, pero nosotros nos centramos en la investigación”, explica Cardona, que se encarga de dirigir esta institución que solo tiene un año de vida. “CRIS nació de la idea de Lola Manterola, una mujer a la que hace tres años le detectaron un cáncer incurable. Después de recorrer medio mundo en busca de tratamiento, le dijeron que el mejor estaba en España. Ahora está estable gracias a los investigadores españoles”, explica emocionada Cardona, que anuncia proyectos sobre el cáncer de mama en Albacete y Salamanca –para combatir la resistencia a fármacos antitumorales- y otro contra el cáncer de próstata para los próximos meses. “Para realizar esos proyectos, hacen falta acciones: eventos para recaudar y concienciar”, explica Cardona. Como este concierto, para el que se ha elegido una obra que rondó en la cabeza de Beethoven durante años, esperando a hacerse madura para poder ser plasmada en el papel pautado. En su estreno, Beethoven subió al escenario para contemplar una obra que solo podía oír en su cabeza debido a la sordera. Alcanzando la cúspide de su carrera, un Teatro de la Corte Imperial de Viena abarrotado le culminó entre ovaciones como uno de los compositores más importantes de la historia. Mañana podrán recrear aquella escena, siempre y cuando, como en Viena, el teatro vuelva a estar abarrotado.