De acusador a detenido por supuestas corruptelas
La policía judicial lo detuvo ayer en su oficina municipal y lo sacó del Ayuntamiento sin dejarle hablar con nadie
Al funcionario del Ayuntamiento de Santiago Román Otero le toca lidiar, desde su puesto de jefe del departamento de contrataciones, con las adjudicaciones de obras y diversos concursos de servicios. En ese trabajo, que mantiene desde 1999, tiene fama de persona “bastante rigurosa” y “estricta”, que prefiere “no pillarse los dedos”. La policía judicial lo detuvo ayer en su oficina municipal y lo sacó del Ayuntamiento sin dejarle hablar con nadie, relatan fuentes del consistorio. Su detención, como la de los otros 12 presuntos implicados, está relacionada con las adjudicaciones al grupo empresarial Vendex, que en Santiago operaba a través de su filial Sermasa. La compañía, que ha recibido seis concesiones desde 2008, gestiona tres guarderías, la limpieza de colegios municipales y de instalaciones deportivas, así como la conserjería de pabellones y campos de fútbol.
El nombre de Otero se hizo público cuando en 2008 alertó al Gobierno del socialista Xosé Sánchez Bugallo de que una oferta que concurría a una obra del Plan E estaba alterada. Del caso, que el propio Bugallo llevó al juzgado y que es conocido como Montebalsa por el nombre de una de las empresas del concurso, salieron condenados dos arquitectos municipales. La declaración de Otero, que en el juicio se mostró seguro de que estos dos funcionarios habían alterado un expediente, fue fundamental en la condena. Los arquitectos, encargados de emitir los informes, adjudicaron a Montebalsa la puntuación más alta, a pesar de que la suma daba como ganadora a Piedra Sigrás.
Durante el juicio, uno de los testigos relacionó a Otero con Piedra Sigrás, empresa que supuestamente realizó obras en la casa que el ahora detenido tiene en Bueu.
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