“Estoy no solo indignada, sino desesperada con los recortes”

Son tiempos difíciles. Y cuesta arriba también se hace para los artistas iniciar una gira por España como la que arranca la cantante argentina María Lavalle mañana en A Coruña (Teatro Colón, 20.30 horas). “Los comedores sociales están desbordados, se ha empezado a recortar las medicinas y ahora también en cultura. No sólo estoy indignada, sino desesperada con los recortes sociales y en la cultura”, apunta con voz pausada. Por eso ha decidido que además de colaboraciones diversas con ONGs y participar en espectáculos solidarios, como un gran concierto que prepara Médicos del Mundo en Madrid, Lavalle regala ahora entradas gratuitas a sus recitales para parados y estudiantes de Filología. Unos “invitados especiales” a los que dedicará una canción, Todo cambiadel chileno Julio Numhauser.

Es su granito de arena para rebelarse por la conversión en producto de lujo del arte y la cultura “cuando es esencial para crecer como persona y para la conquista de libertades”. “Los artistas tenemos que salir a la calle, ser mucho más generosos porque podemos hacer muchísimo con cualquier tipo de iniciativa y también a la hora de salir al escenario. Hay que hacerlo con más ahínco y siendo consciente de que podemos transmitir durante dos horas esperanza e ilusión". Pero que nadie se equivoque. La artista porteña afincada en Madrid tampoco se lanzará a un concierto-protesta. Por mucho que su último trabajo discográfico sea un completo homenaje a un referente francés del inconformismo y la lucha por la tolerancia, el cantautor Georges Brassens.

Tan sólo incluirá mañana en su recital dos versiones del artista galo, la más conocida en España, La mauvaise réputation, y un tema de amor, J'ai rendez-vous avec vous. Para esta gira, María Lavalle optó por mantenerse fiel a su registro más tradicional, tangos y fados, con un repertorio de versiones que también pretende ser “un canto de amor a los grandes poetas e interpretes latinoamericanos”, como Alfredo Zitarrosa o Atahualpa Yupanqui.

“Siempre canto como una tanguera, también en francés”, explica esta interprete poliglota apasionada del mestizaje musical. Hija de un diplomático argentino que le llevó a criarse entre Buenos Aires, París, Lisboa o Madrid, hizo de su vida “una banda sonora, rejuveneciendo con arreglos y sello propios” los grandes clásicos del tango, el fado o la chanson francesa. “Siempre fusiono si no me aburro”, explica. Y si ya lo hizo también con el flamenco, ahora se propone hacer incursiones en el mundo del jazz.

Cuando acabe esta gira en la que le acompañan, otra vez por culpa de la maldita crisis, solo cuatro de sus siete músicos habituales, María Lavalle proyecta encerrarse varios meses en un piso de Buenos Aires con sus “tres tangueros” para “jugar a jazzear” tangos o fados. Pero eso será otra historia. De momento, están los recitales y “la conexión emocional” como la que buscará tener mañana con el público de A Coruña mezclando ritmos y poemas con cierta dosis de reivindicación y también una pizca de sátira. “Canto un tango con el que te mueres de risa, tanto que a veces me olvido de la letra y tengo que volver a empezar”. Lo dicho: esperanza, ilusión y carcajada frente la crisis.