Sombras en el accidente del Tramvia Blau
TMB dice que un error del conductor causó el siniestro que dejó 15 heridos en agosto Trabajadores y sindicatos cuestionan la versión oficial
Arenero: así se le llama al dispositivo con los que los convoyes del Tramvia Blau —que discurre entre el Tibidabo y la plaza de Kennedy— arrojan arena para aumentar el rozamiento entre ruedas y rieles, y evitar así deslizamientos. Su funcionamiento (o no) es la principal incógnita que enfrenta al Ayuntamiento y a los sindicatos respecto al accidente del pasado 22 de agosto, que causó 15 heridos, la mayoría turistas.
El Consistorio barcelonés presentó ayer su informe pericial, que se basa en la información de la caja negra del tranvía número 7 de la flota y los atestados de la Guardia Urbana. En él se deja claro que el accidente se debió a una “maniobra inadecuada” del conductor, según Joan Delort, instructor del expediente. El también gerente del área de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento dijo que no se puede hablar de “negligencia” porque la decisión del conductor —con 13 años de experiencia— se tomó en un momento de “estrés máximo”.
Delort explicó que el accidente ocurrió después de que el convoy se encontrara con un charco de agua en la vía, un poco más abajo de la plaza del Doctor Andreu, al pie del funicular del Tibidabo. El líquido hizo que el vehículo patinara y ganara velocidad. El informe concluye, según Delort, que el conductor, en vez de activar el arenero, puso en marcha el sistema “hombre muerto” de frenos y seguidamente retiró la llave de control de la cabina. La maniobra fue “contraproducente”, dice Delort, porque las ruedas se bloquearon y siguieron deslizándose. El convoy, fuera de control por un minuto y medio, patinó 805 metros y chocó en dos ocasiones con un Renault Twingo, un autobús de la línea 73 y el camión, mal aparcado, que finalmente lo detuvo.
El presidente de TMB, Joaquim Forn, y Delort no revelaron la explicación que de los hechos ha dado el conductor, aún de baja, a pesar de que esta figura en el expediente. Sin embargo, otro trabajador con años de experiencia en el tranvía duda de esta versión. “El sistema es automático. Cuando detecta que las ruedas dejan de rodar y se deslizan, arroja arena”, dice. Mario de Pablo, presidente del comité de empresa, lo ratifica.
El Ayuntamiento admite que, en realidad, existen dos sistemas de frenado con arena, uno manual y otro automático. “Este se activa por una serie de factores, pero estos no se dieron”, explicó una portavoz, sin ofrecer más detalles. El Ayuntamiento insiste en que no encontró arena en la inspección visual de la zona del accidente y la caja negra no registró el vertido de arena. “Los areneros estaban llenos”, apuntó.
El trabajador del servicio explica que la primera lección de los cursos de formación es nunca quitar la llave. “Todos sabemos que, si la quitas, el tranvía sigue funcionando como una dinamo”. El servicio del Tramvia Blau será restablecido este sábado.
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