Arte en las persianas
Una exposición fotográfica reivindica a los artistas urbanos que pintan los cierres metálicos en Barcelona, cuyos originales se ‘exponen’ por la noche
“Al atardecer, cuando acaba el ritmo de la vida diurna, las tiendas de Barcelona bajan sus persianas. De este simple gesto nace una espectacular exposición de arte urbano al aire libre que acompaña a los transeúntes nocturnos y les regala historias llenas de color”. Lo afirma así, tan poéticamente, la francesa Stéphanie Martin Petit, fotógrafa por vocación, que desde su llegada a Barcelona, hace ya casi 10 años, ha inmortalizado las persianas pintadas de la ciudad, reuniendo más de 1.300 obras. Hasta el 30 de septiembre, una selección de estas imágenes se puede ver en la galería Niu, espacio dedicado a las manifestaciones más experimentales del arte contemporáneo, en el marco de la exposición ZAP! Ztreet art on persianas, homenaje al arte urbano.
La exhibición, agrupada en 10 marcos temáticos con tres o cuatros instantáneas cada uno, se inauguró con una intervención del artista callejero Picou, que pintó en directo un sugestivo violinista en una pared de la galería. “He elegido el enfoque temático para ofrecer una muestra de la diversidad de temas e iconografías de esas obras: vistas de Barcelona, barcos, animales, coches, mujeres y comida”, enumera Martin, convencida de que Barcelona es de las ciudades europeas que esgrimen más creatividad en ello.
Sin embargo, Barcelona resulta ser la una de las dos únicas ciudades (con París) cuyo Ayuntamiento ha promulgado una ordenanza para prohibir estas manifestaciones. Según el Instituto del Paisaje Urbano y la Calidad de Vida, “pintar grafitis en el espacio público es una conducta irrespetuosa, que no solo devalúa el patrimonio público o privado, sino que provoca una degradación visual del entorno, afectando a la calidad de vida de vecinos y visitantes”. Palabras duras a las que se añade una multa de hasta 600 euros para los pintores y los comerciantes que encarguen grafitis para su persiana. “El Ayuntamiento demuestra una actitud contradictoria, ya que prohíbe y denigra esta forma artística, pero en mayo me concedió el Premio Garci a la mejor exposición del año en Sant Martí, por una muestra de persianas sobre la iconografía de la mujer”, dice.
Martin alude a la exposición que inauguró en marzo en el Espai Jove Garcilaso (visible en la Red en la Virtual Gallery) con el título Mujer, hermoso defecto de persianas, guiño a la frase de John Milton, donde la palabra naturaleza ha sido sustituida por persianas.
Martin, que no se define artista, sino “mensajera de los artistas urbanos”, teme que la crisis empuje a aplicar la ordenanza con más severidad. “Hasta ahora, los funcionarios pasaban de largo, ya que en muchos casos se trata de obras que no solo no afean, sino que mejoran el entorno y son disuasorias de intervenciones espontáneas; además, suelen ser encargos de los dueños de las tiendas y, encima, son propiedad privada”, reivindica. La fotógrafa explica que la iconografía es distinta de la de los grafitis murales, que suelen tener una vertiente más política o a veces simplemente vandálica.
“Hay excelentes reproducciones de obras maestras de la historia del arte, que podrían considerarse desde una perspectiva didáctica y divulgativa, en vez de una degradación visual”, continúa Martin, que en junio inauguró una exposición en la red en la galería virtual ArtixNova. Persianas de cine (artixnova.com/2012/07/persianas-de-cine) reúne 40 fotos de cierres metálicos pintados con temas de películas. A veces, la fotógrafa revela la ubicación de las obras, pero en la mayoría de los casos para verlas en vivo hay que pasearse de noche.
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