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Keri-Lynn Wilson saca con el ‘Nabucco’ de Verdi lo mejor de la Orquesta Sinfónica

El concierto permitió el reencuentro de A Coruña con Leo Nucci, que ofrece unas prestaciones artísticas más que notables para sus 70 años

Nabucco, ópera de Verdi en versión concierto, obtuvo el pasado sábado un notable éxito en el Palacio de la Ópera de A Coruña, dentro de su 60º Festival de Ópera. La Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) sonó como en sus mejores momentos bajo la dirección de la canadiense Keri-Lynn Wilson, que le imprimió un sonido bien verdiano. Su técnica le hace marcar muy bien ritmo y matices, con precisos movimientos de muñeca u hombros y muy gráfica gestualidad facial y corporal. Sabe adaptarse al equipo con el que trabaja e hizo que el Coro de la OSG, de timbre cada vez más redondo y en continua línea ascendente, pasara la reválida del Va pensierocon nota no inferior a notable.

El concierto permitió el reencuentro de A Coruña con Leo Nucci, que ofrece unas prestaciones artísticas más que notables para sus 70 años (uno menos que Plácido Domingo) y, aunque la edad va dejando alguna huella en su voz, que cala más veces de las deseables, su técnica, musicalidad y enorme presencia escénica le convierten en protagonista absoluto de las representaciones o conciertos en que actúa. No extraña, pues, que la frase V'è un sol Nume... il vostro re! (“Solo existe un dios: yo, vuestro Rey”) suene en su boca con una soberbia naturalidad nada teatral.

Elisabete Matos tuvo problemas de afinación, especialmente en los registros medio y bajo, tal vez causados por una afección vocal que la obligó a retirarse del ensayo general. Parte de quienes asistieron a este y escucharon pasar su papel a la esposa del bajo Luiz-Ottavio Faria lamentaron en privado la recuperación de Matos. Sus soberbias facultades liberan la energía de un ciclón en el forte y el fortíssimo, pero por su mal control del sonido, con práctica ausencia de cualquier matiz en piano o mezzo voce, la soprano portuguesa tiene la misma finezza de una galerna. Faria estuvo soberbio como Zacarías por su poderosa y bien timbrada voz y su técnica vocal, pero más aún por su interpretación, de una grandeza superior incluso a su papel. Los comprimarios cumplieron dignamente.

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