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El mercante sin nombre

Una investigación entre galeses y Arkeolan confirma que el barco de Newport se hizo con roble vasco. El hallazgo ofrece datos navales relevantes del siglo XV

El dendrocronólogo y arqueólogo Nigel Nayling (derecha) junto a Jon Susperregi.
El dendrocronólogo y arqueólogo Nigel Nayling (derecha) junto a Jon Susperregi.JAVIER HERNÁNDEZ

Se desconoce su nombre pero el barco medieval descubierto tras unas excavaciones realizadas en New Port (Gales, Reino Unido) hace diez años estaba construido con madera de roble vasco. La Fundación Arkeolan presentó ayer los resultados de las investigaciones llevadas a cabo desde 2005 en coordinación entre el laboratorio de dendrocronología y el arqueólogo Nigel Nayling, de la Universidad de Wales Trinity Saint David.

El hallazgo del mercante del siglo XV, considerado como un proyecto emblemático para la arqueología británica, permite descifrar “información relevante” sobre la construcción naval de la época. Pero también deja en el aire cuestiones cómo la procedencia del astillero donde fue construido. Gracias a la dendrocronología, la ciencia que estudia los anillos de crecimiento de los árboles, se verifica que la madera es vasca pero no se puede asegurar íntegramente que fuera construido en Euskadi. “Aunque sería lo más probable. Ahora la labor de investigación corresponderá a los historiadores vascos el buscar en los archivos si se construyó un barco semejante aquí”, señaló Nayling.

La directora de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, Garazi López Etxezarreta, destacó el valor de las investigaciones científicas llevadas a cabo en Arkeolan para que se hayan podido “aumentar exponencialmente el número de muestras de madera” para lograr un análisis exhaustivo del pecio de dimensiones considerables para la época; unos 30 metros de quilla y hasta 300 toneladas de carga. “La confirmación de que este barco es de procedencia vasca tiene una doble dimensión; muestra la pujanza de la construcción naval vasca de la época y el hecho de que un laboratorio de aquí sea capaz de datar con tanta precisión el origen de la madera”, indicó López Etxezarreta.

Los historiadores tendrán que verificar si salió de un astillero vasco

Nayling incidió en que un dato relevante sobre la importancia del hallazgo es que el mercante de Newport, como se le conoce de momento, es mucho más avanzado tecnológicamente que el ballenero San Juan, encontrado en Canadá y que fue construido unos cien años antes en Pasajes. “Esta evolución ha sido un misterio para los arqueólogos y podría confirmar que el País Vasco fue uno de los centros donde se dieron esas innovaciones en la industria naval”, aseguró.

No está claro a qué tipo de comercio se dedicaba el mercante pero se especula con que en sus cartas de navegación se encontraba Bristol. También existe una carta en la que consta que tuvo reparaciones, fue utilizado para la guerra y robado. Actualmente, el barco está siendo reparado en Gales para ser exhibido al público.

El primer indicio para los arqueólogos ingleses que hizo saltar la alarma y situar el barco en la Península Ibérica fue la estructura del mercante, “conocida como a tingladillo típico de la cornisa cantábrica”. Además, durante las excavaciones se recuperaron en su interior cerámicas hispanas, junto con monedas portuguesas y francesas. A partir de ahí, los investigadores de Newport mandaron muestras del pecio a varios laboratorios del sur de Europa, entre ellos, Arkeolan para identificar el origen de la madera. El laboratorio guipuzcoano estudió las mediciones de 100 muestras de madera y llevó a cabo un complejo proceso que hizo ajustar las maderas hasta dar con la referencia vasca. Jon Susperregi, recordó que el comienzo de la investigación del barco en Arkeolan, centro creado en 1997, fueron “difíciles” hasta confirmar el origen de la madera.

De momento, el nombre del barco sigue siendo un misterio y un reto para los historiadores.

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