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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El Macba y la arquitectura

Ahora que el Macba y el MNAC colaboran, pueden mostrar cómo la arquitectura y la ciudad articulan el discurso artístico

Este verano la arquitectura ha tenido mucho peso en el Macba. Una parte selecta de la colección se presenta como un diálogo urbanístico, en las décadas centrales del siglo XX, entre Le Corbusier, con el diorama del Pla Macià, y Jean Genet y su literatura sobre el Raval, enlazando con el documental En Construcción (2000) de José Luis Guerín. La exposición La utopía es posible convierte en mítica la Instant City del Congreso Internacional del ICSID en Ibiza (1971). Lo que en realidad fue un anticongreso, la ciudad hinchable de los contestatarios, se recrea como un popular chill-out, con documentos del congreso oficial y con las actividades alternativas, evidenciando cómo los museos acaban integrando toda disidencia.

En otra sala se rescata el último encargo de Roberto Rossellini, casi inédito, filmando con lucidez tras la inauguración en 1977 el Centro Georges Pompidou en París. El realismo de Rossellini y la cámara de Néstor Almendros nos muestran, con un minimalismo frío y crítico, el Pompidou en su contexto, con sus obras y los comentarios de sus visitantes. Una reflexión crítica sobre el museo como maquinaria de la cultura de masas.

Hay una espléndida sala dedicada a Gordon Matta-Clark, artista que estudió arquitectura y actuó en el contexto urbano, desarrollando su “anarquitectura”. La sala presenta piezas y registros de los fondos del museo y de la Colección LATA, depositada en el Macba por Harold Berg. Hay piezas como la intervención Office Baroque en Amberes (1977) y la famosa Conical Intersect (1975) en París, perforando los muros de un edificio antiguo a punto de ser demolido, justo al lado del Pompidou en construcción.

Rita McBride es una nómada que traslada logros de un contexto a otro

Hasta el 24 de septiembre se puede disfrutar del montaje Oferta Pública/Public Tender, de Rita McBride. Dentro de la tradición posminimalista, y más allá del formato, percepción y disfrute, cada obra expresa el peso de la reflexión intelectual. No hay inspiración, sino pensamiento, casi deconstrucción, como lo que hace con fragmentos de la Ville Savoie de Le Corbusier.

Con esta voluntad de visibilizar y dialogar para hacer pensar, la artista ha restituido el segundo piso del Macba a su forma original, diáfana y llena de luz. El Macba de Richard Meier está inspirado en Le Corbusier. Y Rita McBride se inspira en lo que hizo su maestro Michael Asher en 1973, al eliminar las capas de pintura de la Galleria Toselli, en Milán. Así demuestra que hay mucho para recuperar en la memoria de los edificios, aunque sea el museo como caja blanca.

Rita McBride es una nómada que traslada logros de un contexto a otro. Nació en Des Moines, Estados Unidos, ha vivido en Filipinas y ahora en Alemania, con casas en Roma y Cádiz. Algunas obras provienen de su experiencia en Filipinas, reflexionando sobre una nueva relación entre lo artesanal y lo mecánico, como una escalera de caracol y un aerodinámico Toyota, ligero, liso y redondeado, hechos de rotang o fibra vegetal. Su gran escultura Mae West en Múnich (2011) se basa en la geometría, la razón y la estructura, expresando el carácter industrial y neutro de la zona que monumentaliza. Por tamaño, situación y voluntad esta obra es relacionable con otras como la expresionista torre de Anish Kapoor en el parque olímpico de Londres 2012.

La maqueta de un seminario sobre la plaza de las Glòries (2010) nos recuerda que McBride empezó arquitectura en la Columbia University de Nueva York y lo dejó para estudiar arte. Ha trabajado con arquitectos, haciendo maquetas o proyectando obras en el espacio público. Por ello, algunas de ellas se basan en hacer aflorar los intestinos de las instalaciones o en convertir en esculturas anónimos edificios de aparcamiento o molduras. Pero más allá del objeto, lo que le interesa son las relaciones entre ellos. Su Arena (1997) es una grada dentro de la sala del museo, como oferta pública que conduce al visitante a pensar sobre la relación entre el museo y la ciudad y sobre la obra de arte en el espacio público.

Ahora que el Macba y el MNAC se han puesto de acuerdo para afrontar coordinadamente el arte contemporáneo, estaría bien que siguieran avanzando en cómo la arquitectura y la ciudad pueden articular el discurso artístico.

Josep Maria Montaner es arquitecto y catedrático de la ETSAB-UPC.

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